El desarrollo del gas natural constituye una respuesta del sector energético a corto y medio plazo para frenar el cambio climático si se trata de sustituir plantas de carbón, que son mucho más contaminantes, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Esta es una de las medidas de la estrategia contra el calentamiento global presentadas hoy en conferencia de prensa al término de la reunión ministerial de la AIE de dos días celebrada en París en preparación de la cumbre sobre el cambio climático que se inicia el próximo día 30.
El secretario estadounidense de Energía, Ernest Moniz, que presidió la reunión, y el director ejecutivo de la agencia, Fatih Birol, subrayaron que, puesto que el sector energético representa dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero, su transformación resulta “esencial” para lograr los objetivos de controlar el cambio climático.
Birol señaló que el gas “es una de las soluciones al cambio climático” si se utiliza para sustituir el carbón como combustible y agregó que en el escenario de un calentamiento climático limitado a dos grados el peso de los combustibles fósiles va a reducirse, pero dentro de éstos el gas incrementaría su peso específico.
A ese respecto, Moniz señaló que el comercio internacional del gas es “todavía” inferior que el del petróleo, pero está subiendo. También hizo notar que Estados Unidos es un buen ejemplo de cómo el gas está sustituyendo al carbón, ya que en 2015 por primera vez va a superarlo como fuente de generación de electricidad.
No obstante, admitió que el gas natural, aunque menos que los otros combustibles fósiles, también genera dióxido de carbono (CO2) en su combustión, de modo que tampoco es una solución al cambio climático, pero puntualizó que eso sólo se plantea “a muy largo plazo”.
En su plan de transformación del sector energético para adaptarse a las necesidades de la lucha contra el calentamiento global, la AIE plantea cinco ejes “clave”, empezando por el incremento de la eficiencia energética en la industria, en los edificios y en el transporte.
Las otras prioridades son el cierre de las plantas eléctricas de carbón “menos eficientes”, el incremento de la inversión en energías renovables para llegar a al menos 400.000 millones de dólares en 2030, la supresión “gradual” de las subvenciones a los consumidores finales por el uso de combustibles fósiles y la reducción de las emisiones de metano generadas en la producción de gas y petróleo.
Los ministros pusieron el acento en la “imperiosa necesidad de acelerar la difusión de la innovación” en una amplia gama de tecnologías energéticas “seguras y sostenibles, limpias y más eficientes”.
Preguntado sobre el impacto que podrían tener los atentados de París del viernes pasado en la cumbre sobre el cambio climático y sobre la actitud de Washington respecto a esa cita, Moniz respondió que “la COP21 va a seguir adelante” y que el presidente estadounidense, Barack Obama, acudirá.
En cuanto a la polémica sobre si Estados Unidos está comprometido en la búsqueda de un acuerdo global jurídicamente vinculante, señaló que la “inflexión” en los preparativos de la cumbre vino con el anuncio conjunto de Obama y del presidente chino, Xi Jinping, de que sus países hacían de la lucha contra el cambio climático una prioridad también en sus políticas interiores.
El secretario de Energía recordó que los dos países que más energía consumen en el mundo han presentado planes para disminuir sus emisiones como la mayor parte de los participantes en la COP21, y que Estados Unidos espera que, conforme pase el tiempo, “haya una mayor ambición” en esos programas.
También señaló que las encuestas muestran que en su país los ciudadanos están concienciados sobre esa cuestión.