La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de Francia se va a quedar en el 0,8% este año, lo que supone una ralentización frente al 1,8% de 2024 y del 6,8% en 2023 y alejarse de la trayectoria para cumplir el objetivo de caída del 50% para 2030 respecto a 1990.
Esas proyecciones las ha publicado el organismo independiente Citepa, que precisa que en el primer semestre del año el descenso ha sido del 0,6% respecto al mismo periodo de 2024 con el equivalente de 189,7 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2).
En un comunicado, el Ministerio de la Transición Ecológica explicó que esa baja del equivalente de 1,1 millones de toneladas de CO2 en la primera mitad del año se explica principalmente por una disminución de las emisiones en la industria (1,1 millones de toneladas de CO2) y en menor medida en los transportes (-0,8 millones).
Eso ha permitido compensar los incrementos en los edificios (+0,5 millones de toneladas de CO2), en la agricultura (+0,5 millones de toneladas). En la energía han permanecido prácticamente estables (+0,03 millones).
En su comunicado, el departamento de la Transición Energética reconoció que para alcanzar la meta de la estrategia nacional francesa, que implica un recorte del 50% para 2030 respecto a 1990, las emisiones deberían disminuir a un ritmo del 5% cada año de aquí al final de la década.
Las emisiones de CO2 en Francia
Por eso la ministra, Agnès Panier Runacher, señaló que estos resultados "no son buenos" porque "no están a la altura de la urgencia climática ni de las capacidades de Francia".









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