Brasil alcanzó este mes una capacidad instalada de generación de energía solar de más de 14 gigavatios (GW), con lo que esta fuente renovable ya supera en potencia la de la hidroeléctrica de Itaipú, segunda mayor generadora del mundo y la principal del gigante latinoamericano.
El dato incluye la capacidad instalada tanto de las plantas solares de gran tamaño como la de los sistemas de generación fotovoltaica particulares montados en residencias, industrias y locales comerciales, según las cálculos divulgados este miércoles por la Asociación Brasileña de Energía Solar Fotovoltaica (Absolar).
"Con esta conquista, la fuente solar supera la potencia instalada de la central hidroeléctrica de Itaipú (14 GW), segunda mayor del mundo", destacó la asociación patronal en un mensaje publicado en sus redes sociales.
De acuerdo con la Absolar, las grandes plantas de generación solar ya en operación en el país tienen una capacidad instalada de 4,7 gigavatios, mientras que los sistemas particulares de generación con paneles solares suman una capacidad de 9,3 gigavatios.
La patronal asegura que, al superar el listón de los 14 GW de potencia, la energía solar ya es la sexta mayor fuente en la matriz energética de Brasil, superando a las térmicas movidas a petróleo y otros combustibles fósiles.
Los 4,7 GW de capacidad de las grandes plantas solares representan el 2,4 % de la matriz eléctrica brasileña, cuya capacidad alcanza los 196 GW, en su mayoría de fuente hidroeléctrica (65 %), térmica (21 % incluyendo plantas a gas natural) y eólica (10 %).
La participación solar en la matriz eléctrica brasileña debe saltar en los próximos años debido a que el regulador ya concedió licencias para proyectos con capacidad para generar 31,6 GW.
Según Absolar, el fuerte aumento del número de plantas solares en operación en los próximos años obedecerá tanto al aumento de las tarifas eléctricas, a la crisis hídrica que Brasil sufrió el año pasado y que dejó las represas de las hidroeléctricas en niveles mínimos y a la entrada en vigor en enero pasado del marco legal para la energía solar, que incluyó varios incentivos.
Además de aumentar la participación de la energía renovable en la matriz eléctrica brasileña, la energía solar evitó la emisión de 18 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) en los últimos diez años en Brasil y contribuyó a atenuar el calentamiento global, según la patronal.
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