La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) cree que hay que revisar el proceso de elaboración de las normas de gestión técnica gasista, ya que ve "incoherente" que sean aprobadas por un grupo de trabajo que tiene como presidente al de una empresa regulada en lugar de al regulador.
La Sala de Supervisión Regulatoria ha emitido informe sobre las propuestas de resolución de la Dirección General de Política Energética que modificaban, entre otras cuestiones, las condiciones sobre el uso y capacidad del sistema gasista, así como sobre el procedimiento de determinación de energía descargada por buques metaneros.
Competencia ha recordado que las normas de gestión técnica del sistema gasista requerirán revisión en un futuro próximo, ya que, después de que el Parlamento y el Consejo Europeo haya aprobado el reglamentos sobre las condiciones de acceso a las redes de transporte de gas natural, deberán aprobarse códigos que establecerán normas comunes sobre, por ejemplo, fiabilidad y seguridad de la red, conexión y acceso, entre otros.
La CNMC ha indicado que convendría efectuar una revisión en profundidad del proceso de elaboración de las normas de gestión técnico gasista.
Actualmente, la propuesta de normas las hace un grupo de trabajo cuyo presidente es el gestor técnico del sistema, Enagás, y su secretario un representante de la CNMC, mientras que el resto de miembros son representantes de transportistas, distribuidores, comercializadoras, consumidores, Cores, el Ministerio y la CNMC.
Tanto los representantes del Ministerio, antes de Energía y ahora para la Transición Ecológica, como los de Cores y CNMC no tienen derecho a voto.
A juicio de Competencia, con independencia de la representatividad de los agentes del sistema en el grupo de trabajo, la estructura organizativa del mismo "parece claramente mejorable".
Para la CNMC, resulta "incoherente" la aprobación de normas cuyo objeto es establecer la regulación técnica del sistema gasista mediante un grupo de trabajo cuyo presidente es el de una empresa regulada en lugar del regulador.
Además, dice que el hecho de que las propuestas de regulación se hagan en el seno del grupo de trabajo y se voten en el mismo constituye una "suerte de autorregulación de las empresas reguladas".
En opinión de la Sala de Supervisión de la CNMC, aunque el posterior informe preceptivo de la CNMC y la aprobación última por el Ministerio mejora el proceso, "no parece que lo configure de manera idónea".
También considera "poco operativo" que, después de aprobar la CNMC determinados aspectos, como la metodología de balance o la asignación de capacidad en interconexiones, los detalles operativos de éstas queden a la espera de la aprobación por el Ministerio a través de las normas de gestión técnica del sistema gasista.
Para la CNMC, una alternativa sería que los desarrollos técnicos no previstos en metodologías del regulador o en códigos de red fueran aprobados por los propios operadores y no por el Ministerio.
En el caso de España, Enagás, como gestor técnico del sistema, en colaboración con el mercado, sería el encargado de aprobar y publicar las normas, que serían luego revisadas por el regulador, que podría solicitar modificaciones y correcciones, con lo que se agilizaría la publicación y aplicación de las normas.
También cree "aconsejable" que la CNMC pueda dictar normas de detalle técnico y operativo que desarrollen las metodologías para cuya aprobación está facultada, sin perjuicio de que el Ministerio pueda adoptar las que sean ajenas a las establecidas en el derecho comunitario para el regulador.
Entre las competencias concedidas al regulador están las tarifas de transporte y distribución, y las de acceso a instalaciones de gas natural licuado (GNL).
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