La Comisión Europea tiene previsto presentar un sistema de gobierno de la energía en toda la UE en el que no se haga ninguna mención a un castigo o sanción a aquel Estado Miembro que no alcance sus objetivos climáticos y energéticos para 2030. Cualquier Estado podrá incumplir los objetivos del 27% de renovables y de eficiencia energética y no tendrá que responder con una dura multa.
Según el documento que manejan en Bruselas, que podrían cambiar en los próximos días, los países de la Unión Europea solo tendrán que presentar sus planes nacionales y un informe cada seis meses para comprobar si se está cumpliendo ese plan.
Los primeros en alzar la voz han sido los activistas verdes. Los ecologistas creen que sin la amenaza de acciones legales, que pueden finalizar con una infracción de la Comisión, la medida se queda coja, sin fuerza, sin garra.
El documento es un primer paso en la creación de un marco de gobernanza, que establece los objetivos, las posibles herramientas y áreas para el futuro debate con los Estados miembros. Y en ninguna de ellas se refiere al incumplimiento de los compromisos.
En el pasado no se han penalizado a los países de la UE por no alcanzar los objetivos, pero sí se han iniciado acciones legales contra ellos por no tomar las medidas necesarias para cumplir los objetivos.
El documento ya lo tienen en el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. El próximo 15 de julio va a haber la primera reunión para avanzar en este papel, pero no será hasta después del verano cuando los ministros de Energía se reúnan en un grupo de trabajo en el Consejo de la UE del próximo noviembre. Bruselas tiene la esperanza de conseguir el apoyo. Y si todo sigue el camino que quiere la Comisión, no se encontrará muchos problemas.
El nuevo sistema de gobierno de la energía es necesario dentro de la Comisión porque parte de los objetivos de 2030, el de renovables y el de eficiencia energética, no son vinculantes a nivel nacional aunque sí a escala europea.
Este sistema de seguimiento se decidió hacer cuando los líderes de la UE aprobaron los objetivos climáticos y energéticos para 2030 el año pasado. En octubre, los líderes acordaron reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 40%, y para aumentar la eficiencia energética y las energías renovables en al menos un 27%, en comparación con los niveles de 1990, para el año 2030.
En sus conclusiones, insistieron en un sistema de gobernanza futuro que dé una flexibilidad necesaria para los Estados miembros a la hora de alcanzar los objetivos. Y esa flexibilidad tiene la pinta de ser máxima.
El principal problema será cuando algún Estado Miembro incumpla alguno de los objetivos. Todos los países están obligados a cumplir con la reducción del 40% de emisiones en 2030. Pero en eficiencia y renovables no tienen esa obligación. Y es ahí donde se podría resquebrajar la Unión de la Energía.
Uno de los pilares de la Unión Europea, y por tanto de la Unión de la Energía, es la solidaridad entre los estados. En el momento en que alguno de los países no se siente solidario porque otro no hace su trabajo, la unión se deshace.
Por lo tanto, el nuevo sistema de gobierno es vital para la estrategia de la Unión de la Energía, explica Euractiv.com. Ahora, dependerá de los Estados Miembros si finalmente se hacen vinculantes los objetivos o se ponen multas al que incumpla. Si no, peligra la Unión Energética.