La Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la COP30, donde se discute el futuro del planeta y la transición energética, se mueve a diésel.
Y es que Brasil, anfitrión de la cumbre climática, ha dispuesto 150 enormes generadores, cada uno con capacidad para almacenar 600 litros de diésel, para abastecer las necesidades de electricidad del enorme recinto por donde circulan 50.000 personas al día.
Cada uno de esos generadores debe ser reabastecido entre tres a cuatro veces por jornada, según cuenta a EFE un trabajador del recinto. Son al menos 270.000 litros de diésel al día, en una conferencia que se extiende del 10 al 21 de noviembre.
El combustible lo suministra la petrolera estatal brasileña Petrobras, que asegura que el diésel tiene un contenido "10% renovable".
Mientras los ministros hablan en la plenaria de este lunes, un camión cisterna está conectado a uno de los generadores con una manguera para suministrar un nuevo cargamento del combustible fósil destinado a la cumbre del clima.
La energía de la COP30
El gran número de generadores se explica por el tamaño del centro de convenciones, que ocupan 125.000 metros cuadrados en el espacio de los antiguos hangares de un aeropuerto desactivado y que ahora es un gran centro de convenciones de suelo enmoquetado y techo de lona blanca.
Sin el diésel, sería imposible mantener refrigerado el espacio, aunque el aire acondicionado no funciona de forma uniforme y ha sido blanco de críticas de incontables participantes en el evento de la ONU.









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