El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado una resolución en la que declara la situación de emergencia climática y medioambiental y reclama a la Comisión Europea, a los gobiernos de la UE y a “todos los agentes mundiales” que adopten con urgencia medidas para “combatir y detener esta amenaza antes de que sea demasiado tarde”.
El texto –propuesto por el grupo de Socialistas y Demócratas (S&D), los liberales de Renew Europe y la Izquierda Unitaria Europea (GUE) y apoyada también por Los Verdes– ha recibido 429 votos a favor, 225 en contra y 19 abstenciones.
Además, los eurodiputados han rechazado las enmiendas planteadas por el Partido Popular Europeo (PPE) que abogan por sustituir la palabra “emergencia” por “urgencia”.
Además de declarar la emergencia climática, la resolución insta al nuevo Ejecutivo comunitario presidido por Ursula von der Leyen a evaluar “plenamente” el impacto climático y medioambiental de todas las propuestas legislativas y presupuestarias pertinentes.
Asimismo, ha pedido a la conservadora alemana que su Comisión garantice que sus propuestas legislativas estén “totalmente en consonancia” con el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados y no contribuyan a la pérdida de la biodiversidad.
1 comentario
El PP europeo ha caído en la trampa de la estrategia global de la izquierda. Ha sido succionado y absorbido. Ahora mismo parece un tonto perdido. Se estarán riendo de ellos los partidos de la izquierda.
Se repite en escenario de la época de Al Gore, un embustero contando trolas apocalípticas, y cuya gráfica de la subida de las temperaturas del planeta (de Michael Mann) se sabe que se creó mediante una burda manipulación de datos para generar esa alarma.
El debate sobre la emergencia o urgencia climática debe volver al ámbito científico, y abandonar el político. Debe ser el PP quien lídere esa vuelta a la normalidad, sino seguirá perdido dando tumbos al ritmo que marca la izquierda. Lo debe hacer antes de que la vorágine de gente alarmada siga creciendo y esté descontrolada, que es justo lo que pretende la izquierda.