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La falta de financiación echa por tierra la investigación en nuevas tecnologías de almacenamiento y captura de CO2 en España

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Las medidas para mitigar los efectos del cambio climático deben apoyarse en las nuevas tecnologías y para ello se debe invertir en desarrollar e investigar nuevos modelos y sistemas que mejoren las actuales. Y uno de ellos es hallar procesos que permitan la reutilización de los gases de efecto invernadero, y así evitar su emisión a la atmósfera, como es el caso de la captura y almacenamiento de CO2 (CCS por sus siglas en inglés). Al menos es lo que ha defendido el profesor Jose Carlos Abanades del CSIC-INCAR, en la jornada sobre patentabilidad en las tecnologías asociadas a la mitigación del cambio climático organizada por la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).

"Las tecnologías de captura y almacenamiento de CO2 es una de las mejores soluciones tecnológicas para las medidas de mitigación de cambio climático, pero en España solo el 0,45% de las patentes que se registran en España en esta materia son sobre esta tecnología", ha explicado el científico.

Abanades ha denunciado que prácticamente todas las patentes que consiguen registraste de CCS, se terminan abandonando por falta de incentivos económicos, ya que la gran industria no lo está apoyando. "Este sistema puede adaptarse a prácticamente cualquier industria que tenga que desprenderse de las emisiones de CO2, como es el caso de las cementeras, la de alimentación, las papeleras... De hecho es la mejor tecnología que existe para que puedan contribuir en la lucha contra el cambio climático".

De hecho, "la captura de CO2 solo tiene sentido a muy, muy gran escala, y ahí está el problema para desarrollar la tecnología", continúa, "hasta la fecha no hay ningún 'business case' en el mundo y tampoco hay ningún incentivo, como podría ser un precio razonable de Derechos de Emisión en el mercado que existe actualmente en Europa".

El comercio de derechos de emisión dista mucho de abrir esa puerta. No solo porque el 90% de las industrias cuenta con un número suficiente de derechos de emisión sin pagar, sino porque se pueden comprar a precios muy bajos. Solo en 2017 el coste de una tonelada de CO2 ha rozado los cinco euros, porque hay exceso de derechos a disposición. "El precio de la tonelada de carbono está por los suelos y eso desincentiva que la industria quiera invertir en nuevas tecnologías para la reducción de emisiones", puntualiza Abanades a este diario.

"Las patentes son demasiado caras para mantenerse en el tiempo, hay una protección muy limitada porque no hay un mercado importante para la invención, y las patentes son sistemáticamente abandonadas cuando el I+D lo que necesita es continuidad", añade.

Por el momento los proyectos pilotos que existen son muy limitados, y muchas de las patentes que se inician en España y luego se abandonan, son utilizadas por otros investigadores de otros países que son quienes los ponen en marcha, "como es el caso de la planta HeidelbergCement en Lixhe, Bélgica, donde han invertido 21 millones de euros, de los cuales 12 millones de euros provienen de los fondos de Horizonte 2020, y que desde abril de 2016 ha iniciado este proyecto piloto de CCS para que en los próximos cinco años se pueda evaluar su éxito".

Hay otros países industrialmente importantes, como Rusia y Australia donde se están iniciando proyectos pero todos a pequeña escala (en el rango <100 kW). En la actualidad, CanmetENERGY en Canadá cuenta con los programas más detallados y mejor informados, basados ​​en resultados de dos plantas piloto: una unidad de 75 kW nominales y una unidad de 0,8 MW más grande.

Los sistemas que utilizan son muy similares al que se puso en marcha en el año 2000 en España, en la planta experimental de captura de CO2 de La Pereda (Mieres), donde se iniciaron varios proyectos, entre ellos el "CaOLing", financiado por la Comisión Europea, el proyecto "Ecolocal", subvencionado por el Principado de Asturias, y el ReCal, subvencionado por también desde las instituciones comunitarias a través del RFCS (Research Fund for Carbon and Steel).

"No se va a poder alcanzar la reducción de emisiones si no se produce la captura y el almacenamiento de CO2", concluye el investigador, "no es una idea nada descabellada extraer de los humos que se producen en las centrales que generan energía con carbón el CO2 y aprovechar que éste se convierte en líquido con una alta presión. El líquido resultante se inyectaría al subsuelo, pero no es la única posibilidad, también se podría recuperar el CO2".

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Un comentario

  • Fukushima4ever

    Fukushima4ever

    08/03/2018

    Pues en otros casos, como por ejemplo la Plataforma Solar de Almería, me parece un error que no haya financiación. Pero en este caso me da igual que los proyectos se paren por falta de dinero ya que me parece una tecnología que aunque puede ser técnicamente viable, no lo es desde el punto de vista económico y desde luego me parece insostenible ambientalmente hablando porque mantiene todas los impactos de la minería del carbón, de los residuos de las centrales de carbón, del transporte del mineral, etc. Es una solución de final de tubería que es más cara que sustituir el carbón por otra fuente de generación de electricidad como, por ejemplo, la fotovoltaica.

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