Política energética

La industria comienza a parar su producción por los insoportables costes energéticos y podría ir a peor los próximos meses

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La gran industria española está sufriendo en primera persona la actual de crisis de precios energéticos. Hay empresas que son consumidores electrointensivos, otras lo son con el gas, pero quien más y quien menos está sufriendo porque los precios de la energía son insoportables.

Un claro ejemplo es el de la siderúrgica aragonesa Megasa que ha decidido parar su producción, según informa el Heraldo de Aragón. La compañía achaca a los actuales precios de la electricidad el parón de la planta en Zaragoza. La compañía mantendrá apagada la planta hasta después de Reyes, momento en el que tomará una decisión al respecto.

Pero ya se sabe que cuando una siderúrgica para su producción, el coste es bastante alto y regresar supone aún más costes económicos. Así que no será tan fácil.

Otro ejemplo es Fertiberia que tiene parada su planta de Huelva desde hace dos meses porque es un agujero de pérdidas por los elevados costes energéticos, en este caso del gas.

Una señal inequívoca de que las cosas no están yendo tan bien para la industria española es el consumo de gas. Según datos de Enagás a noviembre, la demanda de gas por parte de la industria se sitúa por debajo de 2020 cuando España estaba parada en pleno apogeo de la pandemia.

A ello hay que sumar que la cogeneración también cojea y está consumiendo menos gas que en 2020. Así lo muestran los datos a septiembre.

Pero este invierno puede ir la cosa a peor. Así lo confirma el director general de AEGE, la patronal de los grandes consumidores de electricidad, Fernando Soto. "Todas las empresas están estudiando si parar la producción durante los primeros meses del año por los altos precios de la energía".

La gran industria ha aguantado como ha podido este 2021, pero los precios que vienen para 2022 imposibilitan seguir generando, y llo que es peor, seguir invirtienddo en las plantas industriales. "Desde luego que esta situación no invita a invertir", afirma Andrés Barceló, director general de UNESID, la gran patronal siderúrgica en España.

"Si hoy las plantas no invierten, el problema importante lo tendremos a medio plazo", explica. Barceló se refiere a que si se deja de invertir, algo que está sucediendo ya en las plantas españolas, la competitividad de esas plantas bajará sí o sí en dos o tres años y afectará de lleno a la producción y al empleo de estas empresas.

"Se podría decir que hasta ahora la industria está aguantando gracias a pedidos pasados", explica Verónica Rivière, presidenta de GasIndustrial. "La liquidez acabará tarde o temprano con las empresas y solo aguantarán las que tengan pulmón financiero", continúa.

El problema es que la cadena de suministro se acabará rompiendo en algún momento, aunque no se sabe en qué parte de esa cadena, pero "desde luego aguas arriba ya existe un grave problema", asegura Soto.

Nadie hace nada

La industria española no entiende nada de lo que está sucediendo a nivel europeo. Esta crisis de precios energéticos parece que no va con el resto de países, y más con la burocrática Bruselas, que no ha querido mover un dedo para poner cierto orden en el suministro de gas.

Barceló achaca esto a que los europeos sí poseen contratos más blindados que la industria española y cree que es la causa de "por qué nadie hace nada".

"No entiendo que en la Unión Europea no se esté por la labor de ayudar a la industria", reclama Rivière.

Y es que la situación para la industria española es muy compleja. A lo mejor no sse debería generalizar, porque hay casos y casos, pero sí hay muchas empresas que a partir del 1 de enero no tienen coberturas en sus contratos de suministro energético.

A día de hoy no hay quien firme un PPA de renovables a unos precios asequibles para la industria. El hecho de tener precios futuros en el mercado de unos 400 MWh para el primer trimestre imposibilita a la industria alcanzar un acuerdo con los productores, que también prefieren ir a cobrar al mercado donde obtienen mucho mayor beneficio. "Lo único que le podemos decir a los productores de renovables es que hablaremos después", asegura Barceló, quien deja claro que no pueden aceptar los precios que le ofrecen ahora para cerrar un acuerdo a largo plazo.

Fernando Soto cree que la cuerda se está estirando demasiado. "Ya no sólo son los PPAs de renovables, es que tampoco estamos llegando a acuerdos con las eléctricas con las que se suponía que se iban a cerrar contratos a buen precio", señala.

Soto asegura que la industria firmaría grandes contratos a un precio de 60 €/MWh como el que ofrecen las eléctricas al sector doméstico, "pero esas ofertas no llegan".

En definitiva, se espera un 2022 muy complicado para la industria española. Paros, ERTEs, o incluso deslocalizaciones, pondrían la recuperación económica española en entredicho. La industria necesita alguna solución, y de momento no la tiene.

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