Política energética

La industria electrointensiva quiere asegurarse que no le va a perjudicar la transición energética

Ningún comentario

El sector de la industria electrointensiva está preocupado por cómo se va a llevar a cabo la transición energética en España, viendo el lleno total del FORO ENERGÍA 2017, celebrado ayer en el Congreso de los Diputados. El título de la jornada "La industria electrointensiva en la transición energética", organizada por AEGE (Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía), quería poner encima de la mesa cuál era el papel de esta industria en el nuevo modelo energético y cómo le influirían estos cambios.

En la jornada no faltaba casi nadie. A parte de un amplio elenco de industriales, había representantes de las asociaciones renovables, del gas, de las eléctricas, de la cogeneración, de la CEOE, de REE, consejeros de varias Comunidades Autónomas y diputados responsables de industria y energía de los grupos políticos, entre otros.

"Si el planeta se va a convertir en invivible, vamos a tener que hacer el esfuerzo de transformar el uso de la energía", señalaba Antoni Zabalza, presidente del grupo industrial ERCROS, "pero también nos enfrentamos a otro problema: que el mercado de la electricidad en la UE es una excepción de otros mercados, es un mercado estanco, lo que puede provocar que una empresa se encuentre en desventaja respecto a sus competidoras que están a tan solo unos cientos o miles de kilómetros".

Para Zabalza, aunque valora que el foco esté en la lucha por el cambio climático, "el desafío está en que los logros de la descarbonización no sea a coste de la competitividad de la industria, que es donde los países sacan su valor añadido".

Por su parte, Juan José Alba, director de Regulación de Endesa, iba un poco más allá y afirmaba que "si hacemos bien esa transición, como las tecnologías renovables son más baratas y sus costes se están reduciendo cada vez más, si le sumanos la adecuada reforma tarifaria y fiscal, el precio de la electricidad bajará sustancialmente tanto para los consumidores finales como para la industria electrointensiva", y puntualizaba "pero si hacemos bien las cosas".

Entre los modelos de negocio para que este sector pueda participar en la transición energética, Miguel Duvisón, director general de Operación de REE, también aludió al mercado eléctrico europeo y a la falta de interconexiones, "apenas es un 3% de la potencia instalada en nuestro país, y mientras la situación esa ésta, la interrumpibilidad es un instrumento necesario, además por el momento, es lo único que tenemos como gestión de la demanda, y es insuficiente", ha dicho, "es un recurso de última autorización, pero en ocasiones es ineludible para que el consumidor no perciba las consecuencias de una falta de cálculo de las necesidades eléctricas".

"La industria siderúrgica es una industria de commodities y, por tanto, para ser competitivos solo nos dejan un pequeño margen de actuación", añadía Bernardo Velázquez, consejero delegado de Acerinox y presidente de Unesid, "y nosotros, aunque podemos actuar con medidas de eficiencia energética, como en todos los países nuestra competencia está haciendo lo mismo, nos quedan ajustarnos o en el coste de nuestros consumibles y repuestos, que como los compramos en el mercado internacional hay poco margen de diferencia, o la electricidad, que si la tenemos más cara que nuestros competidores tampoco nos ayuda, por lo que solo nos queda ajustar un tercer factor, ajustar el coste de la mano de obra".

Aunque coste salarial del sector electro intensivo se sitúa un 30% por encima de la media en España y más del 90% del empleo es fijo, "pagamos una electricidad un 30% más cara que en Francia, un 40% más que en EEUU y un 50% más que en Alemania", señalaba, "por ejemplo en Acerinox, el coste de nuestra factura eléctrica es tan relevante, que supone un sobrecoste de 30 millones de euros al año respecto a nuestros competidores europeos, es decir, que ellos ganan 30 millones de euros más que recae en retribuciones a los accionistas, en inversión y en mejorar sus competitividad".

En definitiva, el resumen a la jornada fue a cargo de la presidenta de AEGE, Teresa Rasero, quien señalaba que "si la Ley de Transición Energética tiene en cuenta a la industria electro-intensiva y logra un suministro eléctrico estable y competitivo, estaremos reforzando las bases de una España industrial fuerte y competitiva”. Se evidenció la necesidad de que el desarrollo de la nueva Ley reconozca la figura del consumidor electro-intensivo -consumidor extremadamente sensible al coste eléctrico por su elevado consumo y nivel de competencia en su sector de actividad-, al igual que Francia y Alemania y con el tratamiento singular que la propia Comisión Europea ampara, lo que supondría de hecho un impulso para potenciar la industria.

También afirmó que la industria electro-intensiva está comprometida y a disposición de la Administración para colaborar en el desarrollo de la Ley y que jugará un papel clave en la respuesta española para la construcción de un modelo de desarrollo económico bajo en carbono y eficaz en la lucha contra el cambio climático. “Necesitamos un verdadero pacto de estado por la energía, en el que todas las fuerzas políticas entiendan lo que nos jugamos para conseguir una España sostenible económica y ambientalmente”, afirmó Rasero en la exposición de las conclusiones del Foro.

Noticias relacionadas

No hay comentarios

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios