La segunda mesa del I Foro de Energía Vasco, celebrada bajo el título “La innovación vasca como motor económico de la región” puso de relieve el papel crucial de la tecnología, la colaboración empresarial y la inteligencia artificial (IA) en el futuro industrial de Euskadi. Representantes de empresas punteras como Ingeteam, Idom, Build to Zero y Ormazabal coincidieron en que la innovación no es solo una opción, sino una cuestión de supervivencia para mantener la competitividad global en la nueva economía verde.
Alberto Guerrero, director técnico e innovación de Ingeteam, subrayó que “la innovación está en el ADN de Euskadi”. Destacó que el dominio tecnológico es clave para el crecimiento económico y la creación de valor social: “Quien domina la tecnología domina el negocio, y quien domina el negocio genera prosperidad en su territorio”.
Guerrero introdujo el concepto de “geotecnología” para describir la competencia global por liderar el desarrollo tecnológico en sectores estratégicos como la electrificación, los chips o la inteligencia artificial. Además, puso como ejemplo el proyecto de bombeo reversible de Ingeteam con Iberdrola en Extremadura —una “gran batería de agua”— como muestra de innovación sostenible aplicada al almacenamiento energético.
La cooperación como motor del progreso
El directivo de Ingeteam también resaltó la importancia de la colaboración entre empresas, universidades y centros tecnológicos: “Nos necesitamos unos a otros, y ese ecosistema de colaboración es lo que permite que la innovación llegue al mercado”. Añadió que sería deseable ampliar ese modelo de cooperación más allá de las fronteras vascas, hacia una escala internacional.
Desde Idom, su director de Offshore & Marina, Imanol Urkiaga, coincidió en que la innovación “debe ser continua” y abarcar tanto la tecnología como los procesos internos. “Si no innovas, las probabilidades de quedarte en el camino son altísimas”, advirtió. Urkiaga subrayó que la ingeniería vasca ha sabido adaptarse a los retos globales, participando en proyectos en más de 120 países, y anunció la creación de un nuevo edificio tecnológico en Bilbao para reforzar su apuesta por la digitalización.
Sin embargo, alertó de que la falta de un marco regulatorio claro en España limita el desarrollo de tecnologías avanzadas como la eólica marina, lo que obliga a las empresas a buscar oportunidades en el extranjero.
Financiación para escalar la innovación
Joaquín Coronado, presidente de Build to Zero, abordó una de las principales barreras para el crecimiento de las empresas innovadoras: la falta de financiación en fases avanzadas. “Hay dinero para la primera innovación, pero no para escalar los negocios”, afirmó, destacando que en Europa y España faltan fondos capaces de invertir en proyectos tecnológicos de gran envergadura.
Coronado puso como ejemplo su colaboración con la empresa vitoriana Acideca para desarrollar la primera fábrica de cloro 100% descarbonizada del mundo, basada en almacenamiento térmico. Además, resaltó el potencial de Euskadi para liderar la transición energética gracias a su densa red industrial y su capacidad para integrar electrónica, mecánica y software avanzado.
Por su parte, Koldo Atxutegui, director de innovación de Ormazabal, insistió en que una región sin grandes recursos naturales solo puede prosperar mediante la tecnología y el talento. Recordó que la compañía destina el 4% de su facturación a I+D y que ha lanzado el programa Startup Switch, una herramienta de Venture Client para colaborar con startups tecnológicas. “Somos conscientes de que solos no podemos hacerlo todo; necesitamos incorporar tecnologías que complementen nuestras capacidades”, explicó.
Atxutegui también reclamó una regulación más ágil que acompañe el ritmo innovador de las empresas y defendió que la transformación digital requiere, ante todo, un cambio cultural dentro de las organizaciones.
La inteligencia artificial, aliada y desafío
La mesa coincidió en que la inteligencia artificial marcará el futuro de la industria vasca. Coronado relató cómo la IA ha permitido a su empresa reducir un 30% el uso de acero y un 50% los costes de producción mediante el rediseño automatizado de equipos electromecánicos. “La IA no te va a quitar el trabajo, quien te lo quitará será alguien que sepa usarla”, afirmó.
Tanto Ormazabal como Ingeteam coincidieron en que la IA se convertirá en una herramienta esencial dentro de las empresas, pero advirtieron de que su éxito dependerá de la formación de las personas y de su integración en los procesos productivos. “La IA debe ayudarnos a pensar más y a innovar mejor”, concluyó Guerrero.
La segunda mesa del Foro dejó clara una idea central: Euskadi no solo quiere mantener su liderazgo industrial, sino consolidarlo a través de la tecnología, la colaboración público-privada y la apuesta por la sostenibilidad. En un entorno cada vez más competitivo y descarbonizado, la innovación seguirá siendo el motor del desarrollo económico vasco.
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