La línea de interconexión eléctrica entre España y Francia, que han inaugurado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el primer ministro francés, Manuel Valls, duplicará la capacidad actual de intercambio entre ambos países y ayudará a España a dejar de ser una isla energética en Europa.
La nueva línea con Francia une las localidades de Santa Llogaia, en Girona, y Baixàs, en Francia, y entrará en funcionamiento a finales de este semestre con una capacidad de interconexión entre los dos países que pasará del 3% actual al 6% (de 1.400 a 2.800 megavatios), si bien se trata de un porcentaje muy por debajo del 10 % que recomienda la Unión Europea.
En cualquier caso, la capacidad de que España exporte kilovatios a Francia o que los importe de ese país será mayor, y favorecerá, entre otras cosas, que se pueda dar salida al excedente de producción de las renovables españolas en momentos de mucho viento o bien recibir energía del país vecino cuando no lo haya.
Asimismo, el director de Transporte de Red Eléctrica Española, Carlos Collantes, aseguró hace unos días que esta conexión ayudará a crear un mercado único de la electricidad en Europa y que ello debería ayudar a que bajaran los precios de la electricidad en todo el continente.
Por otra parte, la nueva línea mejorará la calidad del suministro de las poblaciones de ambos lados de la frontera, las del Rousillon y L'Empordà, y garantizará el suministro eléctrico necesario para el correcto funcionamiento del tren de alta velocidad en el lado español.
Una inversión de 700 millones La línea que se inaugura hoy tiene un trazado de 64,5 kilómetros (la más grande del mundo de estas características), aunque el tramo que cruza los Pirineos se hace a través de un túnel que transcurre paralelo a la línea ferroviaria de alta velocidad. Su coste ha ascendido a 700 millones de euros, 225 de ellos sufragados con fondos europeos y 350 financiados por el Banco Europeo de Inversiones.
Red Eléctrica Española (REE) y su homóloga francesa, Réseau de Transport d'Électricité (RTE), han ejecutado este proyecto a través de Inelfe, la sociedad constituida por ambas.
La interconexión eléctrica será de corriente continua, mientras que las redes española y francesa son de corriente alterna, y por ello ha sido necesario construir dos estaciones conversoras, una en Baixàs y otra en Santa Llogaia.
En total, se han instalado un total de 250 kilómetros de cable, ya que la interconexión se compone de cuatro cables, dos por enlace, y estos cables transportarán de un lado a otro de la frontera 2.000 megavatios de corriente continua a 320 kilovoltios.
En la parte española, la línea cruza L'Empordà por los términos municipales de Santa Llogaia, Vilafant, Figueres, Llers, Pont de Molins, Cabanes, Biure, Capmany, Darnius, Agullana y La Jonquera, un trazado en su mayor parte paralelo a la AP-7 y al tren de alta velocidad.
Daniel
21/02/2015