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La materialidad financiera marca la próxima gran batalla de la inversión ESG

Un consenso es clave para que los supuestos subyacentes detrás de la inversión ESG se mantengan y no limiten el alcance de la aplicación del regulador

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La materialidad financiera es un concepto familiar para la mayoría de los participantes del mercado de inversión, es decir, la identificación de factores que afectan el desempeño de una empresa. Básicamente, se centra en los desafíos clave que pueden afectar la rentabilidad, lo que permite a las corporaciones mitigar los riesgos potenciales y garantizar que su atractivo para los inversores y los prestamistas no se vea afectado.

Los gestores de inversiones con estrategias que tienen en cuenta los factores medioambientales, sociales y de gobernanza se enfrentan al reto de descifrar qué criterios, si los hay, son importantes desde el punto de vista financiero. Un consenso es clave para que los supuestos subyacentes detrás de la inversión ESG se mantengan y no limiten el alcance de la aplicación del regulador.

El reciente auge de la inversión ESG ha sido popularizado por gestores de activos como BlackRock, que presuponen que se deben tener en cuenta los factores ESG al evaluar el rendimiento financiero a medio y largo plazo. Piensan que ciertos criterios ESG, al menos, son económicamente importantes.

Identificar factores

Sin embargo, el futuro de la inversión ESG y las finanzas sostenibles en general se vuelve incierto debido a las dudas sobre lo que constituyen los factores ESG financieramente importantes. Si no se identifican los factores correctos, o si ninguna métrica ESG se considera material desde el punto de vista financiero, el peligro es que los inversores y los prestamistas terminen ignorando algunos riesgos financieros considerables. En última instancia, esto tiene el potencial de poner en peligro el futuro de las finanzas sostenibles.

Diariamente, los participantes del mercado financiero y los reguladores reciben señales contradictorias sobre la existencia de materialidad financiera para los factores ESG. Esto refleja los marcos de tiempo contradictorios, con tales factores que probablemente afecten los valores de las empresas a mediano y largo plazo, pero menos a corto plazo. Por lo tanto, el próximo gran desafío será crear los incentivos adecuados para conciliar ambos objetivos, y esto requerirá la intervención del gobierno.

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