El Plan de Recuperación del Gobierno de Pedro Sánchez ha sacado a la luz los planes de la nueva fiscalidad verde o ambiental que se prepara de cara al futuro. Una subida de impuestos que de llevarse a cabo afectará a una amplia mayoría de españoles ya que van directamente contra el uso del automóvil de combustión en pro de una movilidad más sostenible.
Así, se espera que para los próximos años se lleven a cabo actuaciones como crear un pago por uso de la red viaria de carreteras, es decir, establecer peaje no solo en autovías y autopistas, sino en todas las carreteras. Esta medida se podría llevar a cabo a partir de 2023 y 2024, según haya avanzado la recuperación económica.
Sin duda, es la medida que más revuelo ha causado por lo inesperada que era y porque su impacto es directamente contra el bolsillo de todos, incluidas las clases más desfavorecidas. Es por ello, que no ha tardado el Gobierno en tratar de reconducir la situación ante la avalancha de críticas que ha recibido.
La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha asegurado que la posible implantación de peajes en las autovías españolas no tendrá lugar hasta "no tener asentada la recuperación" económica en España, señalando además que se tendrá en cuenta el "dar las respuestas adecuadas" para aquellos sectores afectados que necesiten "algún tipo de matiz".
No obstante, subrayó que este mecanismo de peajes en las carreteras españolas "no está definido ni perfeccionado", sino que es una propuesta en la que se está trabajando.
Otra de las medidas fiscales que rescata el Gobierno es la equiparación de la gasolina con el diésel y eliminar la bonificación que tiene este último. Según el Gobierno, "actualmente, los tipos impositivos en el Impuesto sobre Hidrocarburos son más elevados para la gasolina que para el gasóleo. Esta diferencia se basó en la creencia de la menor contaminación de la combustión del diésel. En la actualidad se ha demostrado que, para un mismo nivel tecnológico de motor, la contaminación del diésel no es inferior a la gasolina. Además, la combustión del gasóleo provoca emisiones de NO2 y de otras partículas contaminantes que afectan a la calidad del aire de las ciudades. Al objeto de internalizar los costes ambientales que provocan estos carburantes, moderar las emisiones de gases de efecto invernadero y, por ende, cumplir los compromisos europeos en materia medioambiental, se considera precisa la revisión de las bonificaciones existentes en la actualidad en algunos carburantes empleados en automoción".
Si a esta subida del diésel se le suma la creación del Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE), el encarecimiento de los combustibles puede ser bastante notable de cara a los próximos años. La creación de este fondo para finales de este año hará que se encarezcan los combustibles al hacerse cargo las petroleras de parte de las primas a las renovables.
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A ello, el Plan de Recuperación señala también la posibilidad de endurecer el Impuesto de Matriculación y Circulación con el fin de lograr una movilidad más sostenible. Esta medida iría más encaminada a penalizar la compra de coches diésel o gasolina en el futuro.
Es importante destacar que estas medidas aún no están aprobadas y que dependerán en buena parte del informe que presente el Grupo de Expertos que ha organizado el Ministerio de Hacienda y cuyas conclusiones se conocerán en febrero de 2022.
Una subida del precio del viaje en avión por cuestiones ambientales
Otra de las medidas fiscales verdes que baraja el Gobierno es un impuesto ambiental a los viajes en avión. Una subida que podría encarecer los billetes en unos 40 euros aproximadamente y así contrarrestar el impacto ambiental de los vuelos.
Ribera afirma que se trata de un "debate más amplio", ya que forma parte también del "debate europeo". Por ello, considera que cuando se tenga tanto la opinión del grupo de expertos como de las autoridades europeas se dispondrá de "dos 'inputs' para tomar decisiones a partir del año que viene".
Lo que sí parece tener claro el Gobierno son otros tres impuestos verdes que se llevarán a cabo próximamente. Se trata de establecer un impuesto sobre el depósito de residuos en vertedero y a la incineración, que penalice las opciones de gestión de residuos menos sostenibles de acuerdo al principio de jerarquía de residuos. Este impuesto gravaría el depósito de los residuos en vertederos y en instalaciones de incineración.
Por otro lado está el establecimiento de un impuesto que grave los envases de plástico no reutilizables. Con ello, se pretende minorar el número de unidades de estos productos que son puestas en el mercado y, en consecuencia, reducir su consumo, de forma que se prevenga la generación de residuos plásticos, con la consiguiente reducción de los costes de gestión de residuos y, en especial de los que pudieran derivarse de su abandono en el medio ambiente. Están sujetas al impuesto la fabricación, importación o adquisición intracomunitaria de los envases de plástico no reutilizables. La base imponible estará constituida por la cantidad, expresada en kilogramos, de plástico contenida en los envases de plástico no reutilizables. El tipo impositivo será de 0,45 euros por kilogramo.
Y por último y no menos importante, establecer una modificación del Impuesto sobre los Gases Fluorados de Efecto Invernadero para garantizar un efectivo control de dichos gases de acuerdo con una regulación armonizada europea.
Juande
07/05/2021