La compañía petrolera finlandesa Neste obtuvo un beneficio neto de 649 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone una caída del 3% respecto al mismo periodo de 2017, ha informado la empresa.
El beneficio bruto de explotación (EBITDA) de Neste creció entre enero y septiembre un 7,8% en términos interanuales, hasta 1.238 millones de euros, mientras que su ganancia operativa alcanzó los 842 millones de euros, un 3,7% menos.
No obstante, la empresa resaltó que su beneficio operativo comparable (sin contabilizar ganancias o pérdidas de inventario y otras partidas extraordinarias) aumentó un 35,8%, hasta 858 millones de euros.
Neste facturó 11.258 millones de euros, un 17,5% más que en los nueve primeros meses del año anterior, gracias principalmente al aumento del precio de los carburantes, factor que tuvo un impacto positivo sobre los ingresos de 1.900 millones de euros.
Según la compañía, la facturación creció también debido al incremento de los volúmenes de ventas de los combustibles, lo que permitió ingresar 200 millones de euros más.
Su negocio de refinado de carburantes fósiles, el más importante en cuanto a ingresos, facturó 7.649 millones de euros, un 24,7% más en términos interanuales.
Sin embargo, su ebitda se redujo un 14,5%, hasta 569 millones de euros, debido a la depreciación del dólar respecto al euro y al aumento de los costes fijos, según la empresa.
El volumen de ventas de gasolina y diésel creció un 3% interanual, hasta 10,8 millones de toneladas, y su margen total de ganancia en el refinado aumentó un 1,9%, hasta los 11,42 dólares por barril.
La división de combustibles renovables registró un ligero crecimiento de sus ventas y facturó 2.357 millones de euros, un 1,6% más que en los nueve primeros meses de 2017.
Sin embargo, este negocio mejoró sensiblemente su rentabilidad debido al aumento de los márgenes de refinado y obtuvo un ebitda de 413 millones de euros, un 43,5% más, pese la caída de los volúmenes de ventas.
Neste vendió entre enero y septiembre 1,68 millones de toneladas de biocombustibles, principalmente biodiésel producido en sus plantas de Porvoo (Finlandia), Rotterdam (Holanda) y Singapur, lo que supone un descenso interanual del 9%.
El 71% de los combustibles renovables comercializados por Neste fue a parar al mercado europeo, mientras que el resto se distribuyó en Norteamérica, región que cada vez importa una mayor cantidad de biocarburantes de la compañía finlandesa.
Para el conjunto de 2018, Neste estima que la demanda global de derivados del petróleo crecerá entre 1,4 y 1,7 millones de barriles diarios, aunque advierte de que su margen de ganancia en el refinado será débil durante el último trimestre del año.
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