La retribución de los ciclos combinados debe tener en cuenta las nuevas inversiones necesarias para cubrir la demanda y ser un respaldo efectivo a las renovables

El paisaje energético español se encuentra en una encrucijada, con las energías renovables ganando terreno y los ciclos combinados emergiendo como pieza clave en el puzzle eléctrico. El último informe de PwC, titulado "Pasado, presente y futuro de las centrales térmicas de ciclo combinado" y presentado por la Fundación Naturgy, arroja luz sobre la importancia de repensar la retribución de estos ciclos, considerando las nuevas inversiones necesarias para garantizar su eficacia como respaldo frente al crecimiento imparable de las renovables.

INFORME-PWC-Y-FUNDACION-NATURGY_Los-ciclos-combinados-y-la-seguridad-de-suministro-1Descarga

El protagonismo creciente de los ciclos combinados en el mix de generación eléctrica español es innegable, y se espera que esta tendencia persista hasta 2030. Estas instalaciones, diseñadas originalmente para ser una tecnología principal en la generación de electricidad, están adaptándose a un nuevo rol: proporcionar respaldo y flexibilidad en un escenario donde las energías renovables desempeñan un papel cada vez más crucial.

Oscar Barrero, socio líder del Sector Energía de PwC y uno de los autores del informe, destaca que "tanto ahora como en el futuro, su papel se centrará más en proporcionar respaldo y flexibilidad". Este cambio de enfoque se debe a la entrada progresiva de las energías renovables en el sistema eléctrico español, generando un uso más intensivo de los ciclos combinados con arranques continuos y operaciones más allá de lo inicialmente previsto.

El informe señala que existe un riesgo potencial de que los ciclos combinados no logren cubrir completamente la creciente demanda eléctrica, especialmente ante la reducción de la potencia nuclear instalada y el aumento del peso de las renovables, que son tecnologías intermitentes. Roxana Fernández, otra autora del documento, advierte sobre la posibilidad de que los ciclos no compensen el hueco dejado por la alta demanda.

Nueva potencia

El borrador de actualización del PNIEC 2023-2030 refleja un escenario ambicioso con un objetivo de nueva potencia renovable de 139,8 GW, pero mantiene la necesidad de 24,5 GW de potencia instalada de ciclos combinados. Esto plantea un desafío técnico significativo, ya que, según las estimaciones del informe, en 2030 España podría contar con un parque de ciclos que prácticamente operaría a diario para acompañar la entrada y salida de tecnología fotovoltaica.

En este contexto, los autores subrayan la importancia de reconocer y retribuir adecuadamente el respaldo y la flexibilidad que ofrecen los ciclos combinados al sistema eléctrico. A medida que la demanda y la generación de energía se vuelven más intermitentes con la expansión de las fuentes renovables, estos ciclos se convierten en piezas esenciales para mantener la estabilidad en el sistema eléctrico.

Reducción

Sin embargo, el informe también pone de manifiesto un panorama desafiante para los ciclos combinados, con datos históricos que revelan una reducción del 13% en su disponibilidad desde 2002, agravada en los últimos tres años. Esto se relaciona con tareas de mantenimiento imprevistas y la disminución de pagos por incentivos a inversiones a largo plazo, afectando negativamente a la economía de estas instalaciones.

Además, se registra una disminución del 45% en las horas de funcionamiento en las últimas dos décadas, lo que ha afectado a los precios de mercado y los ingresos de las centrales. A pesar de esta reducción en las horas de operación, el papel de los ciclos combinados en el mix de generación eléctrica ha aumentado considerablemente, subrayando la necesidad de repensar su retribución para garantizar su viabilidad y contribución efectiva al sistema eléctrico español en la transición hacia un futuro más sostenible.