1 comentario publicado

Para poder actuar con la debida transparencia, solo hay una opción, y es la de incorporar a personas competentes en esas materias que son la seguridad nuclear y la protección radiológica. Solo aquellos que atesoren la debida solvencia técnica podrán abordar de manera pública y transparente debates que son necesarios para conseguir un regulador en el cual depositar la confianza de todos los ciudadanos. Únicamente cuando se tiene una posición técnica consolidada y formada se pueden plantear con tranquilidad, y a la vez con aplomo y firmeza, debates técnicos que son en ocasiones complejos, con hipótesis, posibles escenarios, cálculos de probabilidades, y otras variables.

El nombramiento de personas sin esa debida garantía en sus capacidades tiene consecuencias, pues resulta imposible atender a los criterios técnicos que requieren el debate y la opinión contrastada de varios expertos. Frivolizar con estos nombramientos conduce al descrédito institucional, y el cuerpo técnico de funcionarios no debe resolver las cuestiones que le corresponden al Pleno. Hay asuntos de carácter político, pero principalmente se necesita disponer de personas que analicen las cuestiones técnicas, las debatan públicamente a modo de examen, y determinen lo que corresponda en cada caso, atendiendo a los principios reguladores.

En el Consejo General del Poder Judicial hay jueces. Sin embargo, resulta incomprensible que en el Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear nunca haya habido, en sus 38 años de existencia, ningún técnico del Cuerpo de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica del Estado español.

Resulta preocupante que nombramientos como el reciente del nuevo presidente de la Empresa Nacional del Uranio (ENUSA) puedan llegar a ser algo poco relevante, sin que se preste la debida atención a la elección de consejeros de un regulador tan importante como pueda serlo el Banco de España.

Los datos que estamos viendo sobre suelos contaminados, de los que la ciudadanía no conoce siquiera su existencia, suponen un ejemplo de falta de transparencia que en este sector nuclear está arraigada como cultura que necesita una revolución, pues es heredera de la franquista Junta de Energía Nuclear. Pero ese cambio solo puede concretarse a través de personas que se impliquen en los debates científicos y técnicos. No es una cuestión de ideología política, sino de tener asumido el papel del regulador, tener convicción en la I+D+i, conocer la Administración pública, y además, querer detectar los retos y problemas para plantear estrategias, regulación y posibles soluciones.

Fui elegida mediante proceso democrático como representante de los trabajadores del Consejo de Seguridad Nuclear para defender que es fundamental que tengamos líderes de calidad. El examen continuado de los miembros del Pleno es una tarea en la que deben participar todos los ciudadanos, pero los trabajadores que hacemos nuestro trabajo dentro del Organismo también estamos concernidos.

Además, como representante de los trabajadores elegida en las urnas quiero denunciar públicamente que los puestos de libre designación en el CSN suponen un porcentaje muy elevado (más de un tercio) de la plantilla técnica, lo que lo hace más vulnerable frente a la politización. Este aspecto repercute en el grado de madurez que debe mostrar una institución de este tipo, obligada a respetar unos principios rectores inexcusables como son los de igualdad, mérito y capacidad. Los nombramientos para puestos de libre designación con el objetivo subrepticio de recolocar a personas, no ayudan a la necesaria renovación del modelo existente y perpetúan un esquema trasnochado en el que la libre designación se convierte en un instrumento al servicio de intereses que no atienden a los principios señalados.

Habiendo además un 45% de mujeres y un 55% de hombres (datos aproximados) en la plantilla técnica, el hecho de que menos de un 30% de los puestos principales de estructura (niveles 28, 29 y 30) estén ocupados por mujeres, determina que queda mucho por hacer en cuanto a la aplicación de la Ley de Igualdad. En esta institución no se dispone de un Plan de Igualdad, si bien existen análisis y diagnósticos que se realizaron hace años y que ya indicaban la necesidad de actuar al respecto.

En este sentido, mi candidatura a consejera, expresada a través de www.bpw.es, plataforma de mujeres profesionales y empresarias, busca romper con el esquema tradicional, lo que es fundamental para cambiar culturas. Además de plantear un debate público, que previsiblemente no se va a producir, traslado a la opinión pública que este nombramiento es importante y que no es suficiente con la única exigencia de tener una titulación superior. Está en juego el prestigio institucional, y, con él, nuestra motivación. Los valores y la ética pública se demuestran cada día, debiendo ejercitarse de forma continuada en la toma de decisiones, y a través del escrutinio continuado de los ciudadanos.

Por todo lo anterior, reitero mi candidatura a consejera del CSN, desde el convencimiento de que puedo prestar un servicio adecuado con vistas a la regeneración necesaria, planteándome como objetivos, entre otros, eliminar la cultura interna del miedo, abrir los debates técnicos a la sociedad, desterrar las malas prácticas que no contribuyen a la transparencia, mejorar la formación que contribuya a la ética pública. Y, todo ello, con una voluntad de liderazgo cercano respecto al Cuerpo Técnico; un liderazgo atento a los debates que tienen lugar en su seno y que afectan a la seguridad nuclear y a la protección radiológica.

Nieves Sánchez Guitián, presidenta de la Asociación Profesional de Técnicos en Seguridad Nuclear y Protección Radiológica (ASTECSN).

Noticias relacionadas

Un comentario

  • Miguel

    16/10/2018

    Que esté tranquila, el gobierno pondrá a un clon de Cristina Narbona.

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios