Un análisis de la Facultad de Economía de la UPV/EHU estima que la tasa de retribución financiera (TRF) necesaria para garantizar la inversión en redes eléctricas en España debería situarse entre el 7,44% y el 7,55% antes de impuestos. Esta cifra contrasta con el 6,46% propuesto por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para el periodo 2026-2031 y que hace peligrar que se lleven a cabo las inversiones necesarias en redes para cumplir los objetivos del Plan Nacional de Energía y Clima a 2030.
La TRF determina la rentabilidad que reciben los operadores por sus inversiones en infraestructuras eléctricas, y su cálculo se basa en la metodología WACC (coste medio ponderado de capital). Una metodología que cada vez tiene menos peso en el contexto de inversiones tanto en Europa como en otros mercados anglosajones.
Este método depende de múltiples variables y estimaciones, lo que introduce un margen de incertidumbre significativo. Por ello, los investigadores de la UPV han replicado el cálculo introduciendo ajustes alineados con las recomendaciones del Gobierno y el contexto internacional.
Mínimo un punto más
El resultado del análisis de la Facultad sitúa la TRF adecuada entre el 7,44% y el 7,55% antes de impuestos, en línea con las estimaciones de analistas como Goldman Sachs, Alantra o Kepler Cheuvreux. Esta cifra permitiría a España competir por inversiones en redes de distribución, un factor clave para avanzar en la electrificación de la economía y cumplir los objetivos de descarbonización.
Según datos de Aeléc, la patronal del sector, más de 60 GW de nueva demanda energética esperan conexión a la red, pero más de la mitad de esas solicitudes no pueden ser atendidas con la infraestructura actual. La falta de incentivos adecuados para invertir en redes podría frenar el despliegue de energías renovables, la electrificación del transporte y la reindustrialización verde.
Además, los expertos advierten que la TRF propuesta por la CNMC está expresada en términos nominales, sin tener en cuenta la inflación. Si se ajusta por este factor, la rentabilidad real apenas superaría el 4%, una cifra que podría resultar poco atractiva para los inversores en el contexto económico actual, marcado por tipos de interés elevados y competencia internacional por capital.
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