The New Climate Economy (NCE) ha publicado un estudio independiente que destaca el ahorro financiero resultante de la transición hacia una economía baja en carbono.
En su informe, NCE estipula que a través de una integración a gran escala de tecnologías sostenibles y de bajas emisiones de carbono en el sistema económico mundial actual, los beneficios financieros podrían ser de más de 26 billones de dólares hasta 2030, en comparación con el 'business-as-usual' ' de los casos. El informe no solo considera el despliegue de energías renovables, sino también una plétora de otros temas, que van desde la economía circular, el desarrollo urbano inteligente, la economía del agua y los casos de uso del suelo.
Por ejemplo, la economía global podría ganar 2,8 billones de dólares con solo implementar esquemas de impuestos al carbono y suspendiendo los subsidios a los combustibles fósiles. El informe cita a la Agencia Internacional de Energía (AIE) y dice que en 2016 los subsidios a los combustibles fósiles duplicaron los de las energías renovables. En cambio, un esquema efectivo de fijación de precios del carbono desataría ingenio para encontrar las alternativas de menor costo y menos carbono en la energía y otros componentes de la infraestructura.
Como hay un presunto interés comercial de pasar a alternativas bajas en carbono, los analistas de NCE descubrieron que casi 1.400 grandes compañías y algunos grandes bancos de desarrollo se han comprometido a aplicar un esquema interno de precios de carbono para que sus inversiones sean "a prueba de futuro".
La tendencia hacia la energía limpia también se ejemplifica en el hecho de que actualmente se está construyendo o planificando una capacidad de generación de energía renovable equivalente a 1.500 plantas eléctricas de carbón. El NCE estipula en su informe que la caída de los precios del almacenamiento en baterías está acelerando aún más esta tendencia.
El informe dice que la generación de electricidad actual comprende un 65% de combustibles fósiles, de los que más de la mitad es carbón. Las energías renovables han experimentado una aceptación en los últimos años, pero aún solo representan el 24% del mix energético mundial. Citando a la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), los analistas de NCE estipulan que doblar la capacidad mundial de energía renovable podría generar ahorros para la economía mundial de entre 1,2 billones y 4,2 billones de dólares.
En general, las inversiones en infraestructura energética podrían sumar 1,7 billones de dólares en gastos directos por año, o un tercio del gasto total en infraestructura hasta 2030. El gasto podría ser ligeramente mayor, si se cumpliera el objetivo de 2 ° C, aunque aquí el gasto considerablemente mayor en el segmento de eficiencia se vería contrarrestado por un menor gasto en combustibles, como el carbón y el petróleo.
Además, el informe de NCE estipula que las adaptaciones de la economía limpia global podrían resultar en la creación de 65 millones de empleos en los sectores representativos. Según los autores, ya existen ejemplos de esquemas modernos, que garantizarían que la fuerza de trabajo actualmente empleada por la industria del carbón no sea duramente afectada. En China, por ejemplo, de cuatro millones a seis millones de personas podrían jubilarse antes de lo que normalmente es posible para los trabajadores, para evitar que los trabajadores del carbón se queden en paro en las etapas finales de su vida laboral.
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