La transición energética transformará la economía en España con sus riesgos y oportunidades

España está embarcada en un proceso de transición de su sistema energético. ¿Cómo se financiará? ¿Cuál será el rol del gas natural? ¿y el del petróleo? ¿cómo deberá ser el nuevo diseño del mercado eléctrico? A todas estas preguntas y a muchas más responde el libro presentado por Funseam (Fundación para la Sostenibilidad Energética y Ambiental), "Riesgos y Oportunidades de la Transición Energética" en la jornada organizada por Enerclub.

"La realidad va muy deprisa, mucho más de lo esperado", señala María Luisa Castaño, directora del Departamento de Energía del CIEMAT, durante la presentación, "al final de año se conoció el borrador del Anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, la Unión Europea aprobó el paquete legislativo con los objetivos a 2030 y en unas semanas se presentará el Plan Nacional de Energía y Clima, la transición energética ha venido para quedarse".

El libro ha sido elaborado por expertos y representantes de los diferentes sectores energéticos. "El movimiento de nuestro sector energético en general camina hacia las fuentes renovables. No solo porque haya objetivos políticos, sino porque las compañías se están moviendo hacia esa dirección", añade Castaño, "pero ese esfuerzo ha sido posible gracias a la apuesta en I+D del sector. Algunas de las tecnologías con las que vamos a convivir son ya competitivas por ese avance en investigación".

Sin embargo, esa transición energética se apoya en una piedra angular: el almacenamiento. "Es muy posible que tengamos que volver a vectores tecnológicos que se abandonaron años atrás, como el hidrógeno, el amoníaco y otros más, y esa transición energética no finalizará en 2030 o en 2050, sino que estará cambiando y transformándose continuamente con la aparición de nuevas tecnologías".

Hay un capítulo especial dedicado a los nuevos sistemas de consumo y al cambio en el modelo de consumo y de consumidor. "El nuevo paquete legislativo de energía propuesto por la Comisión Europea da derecho a los consumidores a ser agentes activos y centrales en los mercados energéticos del futuro. Están diseñados para facilitar que todos los consumidores de toda la UE tengan una mejor opción de suministro, acceso a herramientas de comparación de precios de energía fiables y la posibilidad de producir y vender su propia electricidad", escribe Manuel Sánchez Jiménez, líder del equipo para redes inteligentes en la unidad de mercados minoristas de la Comisión Europea en el libro.

Ese cambio tiene que ir de la mano de un nuevo diseño de mercado, marcado por la variabilidad de los suministros renovables, "los servicios de flexibilidad pueden y deben proporcionarse en un mercado interconectado, y como resultado, las reglas del mercado deberían adaptarse para facilitar este desarrollo, aumentar esa flexibilidad del sistema y garantizar la seguridad del suministro", añade.

"Nos tiene que preocupar no solo como generar energía o electricidad, sino qué necesidades de consumo se van a generar", puntualiza la experta del CIEMAT, "porque todo este cambio dependerá de la propia sociedad, de cómo aumentará su capacidad de acción, y hasta qué punto el ciudadano jugará un papel protagonista".

La electrificación del transporte

"La transición en el sector eléctrico está relacionado con los nuevos usos eléctricos, aquí cobra especial relevancia el vehículo eléctrico por su importancia en el impacto ambiental y en la eficiencia energética" escribe por su parte Marina Serrano, presidenta de AELEC, "pero no se va a poder alcanzar un desarrollo del vehículo eléctrico si no hay una red de puntos de recarga adecuada. [...] Las distribuidoras tienen capacidad técnica y económica para realizar aquellas inversiones que coloquen a nuestro país al nivel de los países de nuestro entorno en el desarrollo de infraestructura del vehículo eléctrico".

"El 100% de la electrificación del transporte no es posible", apunta María Luisa Castaño, "por lo que vamos a tener que convivir con diferentes modelos de movilidad. Además de otras tecnologías alternativas, tendremos que seguir mejorando la eficiencia de los motores de combustión, no hay que olvidar que los fabricantes de automoción y toda la industria de componentes son una parte muy importante del PIB".

Eficiencia energética, autoconsumo, digitalización

El uso residencial de la electricidad será uno de los elementos clave para aplicar todas las medidas de descarbonización, pero el gran reto es la transición en la industria "y nadie está hablando de eso", advierte Castaño.

Ese uso residencial incluye el desarrollo del autoconsumo, "muy probablemente una solución muy particular para entornos determinados, periferia de las ciudades, entornos rurales, etc. pero me cuesta entender una ciudad como Madrid con autoconsumo y cómo gestionaría REE asegurar el suministro para cuando esas instalaciones no puedan hacerlo".

Por último, otro de los elementos importantes en esa transición es la digitalización. "Ya hemos visto como ha modificado muchos sectores económicos, y esto también ocurrirá en el sector energético, ¿cómo seremos capaces de agregar nuevas fuentes, la generación distribuida o el autoconsumo", concluye.