La eficiencia energética no está de enhorabuena en la Unión Europea. A pesar de incrementar los objetivos de ahorro energético hasta 2030, los estados miembro han dado la espalda a una oportunidad única para ser más eficientes.
La Unión Europea ha aprobado el pasado viernes el retraso hasta 2018 de la prohibición del uso de las bombillas halógenas en los 28. El lobby de la industria de la iluminación ha podido con el de la eficiencia energética. Aunque la medida no ha dejado a nadie contento del todo.
Estaba previsto que en septiembre de 2016, la Unión Europea diría adiós a las bombillas halógenas, e impondría una sustitución por LED. Pero las quejas de la industria han surtido efecto y la UE lo retrasará dos años hasta septiembre de 2018.
Esta medida supone que los 28 dejarán de ahorrar 6.600 millones de euros en energía, según Coolproducts, el lobby de eficiencia energética más fuerte de Europa.
Aun con estas cifras, la Comisión Europea cree que se está a tiempo para conseguir los objetivos. De esta manera, Bruselas piensa que el cambio a bombillas de bajo consumo en 2018 ahorrará el equivalente al consumo anual de electricidad de Portugal cada año y reducirá las emisiones de CO2 en 15.2 millones de toneladas hasta 2025, según cuenta el diario británico The Guardian.
La industria de la iluminación asegura que para 2016 era imposible llegar y que el retraso ayudará a hacer el cambio de una forma más natural. Las empresas fabricantes de bombillas querían que el retraso fuese hasta 2020. "La eliminación en 2018 es un compromiso aceptable", dice Diederik de Stoppelaar de LightingEurope, la patronal de la industria de la iluminación.
Se trata de la primera vez que la Unión Europea revierte una normativa sobre eficiencia energética en materia de productos.
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