Bruselas tiene claro que en su senda hacia una economía cero emisiones es necesario desarrollar proyectos de captura y almacenamiento de CO2 (CCS). Así aparecía en el documento ‘Una visión estratégica a largo plazo para una economía próspera, moderna, competitiva y climáticamente neutra para 2050’ de noviembre de 2018, en el que se decía que eran necesarios para lograr los objetivos climáticos a largo plazo, y así lo ha corroborado Beatriz Yordi, directora de Mercados de Carbono de la Comisión Europea, en el webinar 'Mercados de CO2' organizado por Enerclub.
Sin embargo, queda por definir cómo se apoyará, porque según ha reconocido "no solo se piensa en centrales para la captura y el almacenamiento del CO2 sino también en otros procesos naturales, como la capacidad de los bosques y otros entornos".
Pero además, Yordi reconoce que "no va a ser fácil" porque el debate sigue estando en la calle y hay buena parte de la sociedad que no está a favor de almacenar CO2 bajo tierra, por temor a daños ambientales o problemas de salud. En España hay poco debate público sobre este asunto y los pocos proyectos pilotos que ha habido, han tenido poco recorrido.
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No es nuevo. Hace ya más de una década que Bruselas fijó su mirada en el almacenamiento y captura de CO2 como una herramienta potencialmente «friendly» con el clima, pero todavía falta por encontrar la manera de demostrar su viabilidad y rentabilidad para que las empresas inviertan en ella.
Esa viabilidad económica hubiera tenido alguna posibilidad si los precios en el mercado de CO2 (ETS EU) hubieran seguido con la senda ascendente de los últimos dos años, en los que pasaron de los 5 euros la Tn de CO2 (2017) hasta los casi 30 euros en 2019. Pero "con la crisis de la COVID-19 el precio del CO2 se ha vuelto a caer, y en los próximos años no esperamos grandes subidas en este mercado, calculamos que se sitúe entre los 20 y los 30 euros", ha dicho la responsable de la Comisión Europea.
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A esos precios, los proyectos CCS no tienen cabida en el camino a la descarbonización. Según el informe 'El potencial para CCS y CCU en Europa' de la 32º reunión del Foro Europeo de Regulación del Gas en junio de 2019, los costes de estos proyectos son más altos que los precios actuales del ETS de la UE. Por lo tanto, se necesitará otro tipo de apoyo si se quiere que las inversiones necesarias sean viables o provocar que se encarezcan los derechos de emisión.
La Comisión Europea planea el próximo año revisar las normas de impuestos de energía de la UE y el sistema de comercio de CO2 (ETS EU). Una decisión que no comparte Francia, que ha pedido que se tomen medidas "sin demora" para reforzar la reserva de estabilidad del mercado ETS, eliminando ya los excedentes de permisos de carbono del sistema para evitar una acumulación de suministro.
Con Europa en camino a una fuerte recesión, el temor es que el ETS pueda sufrir el mismo destino después de la crisis financiera de 2008-2009, cuando los precios más bajos para los permisos de carbono proporcionaron pocos incentivos para que las empresas frenen su contaminación, y eso no augura mucho futuro a las tecnologías de secuestro de CO2.
Habrá que esperar para conocer cuál es estrategia definitiva que tomará la Comisión Europea, siempre con el objetivo puesto en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y así cumplir con sus objetivos climáticos.
Fukushima4ever
05/05/2020