El consejero delegado (CEO) de Endesa, José Bogas, ha explicado que mantener abiertas las centrales térmicas de carbón de Andorra (Teruel) y Compostilla (León) más allá de 2020 dependerá de la planificación energética que diseñe el Gobierno y de que el marco regulador proporcione una retribución suficiente.
Bogas, que ha presentado un libro sobre los trabajos de restauración de la compañía en antiguos centros mineros, ha indicado que, en primer lugar, el Ejecutivo debe elaborar su plan de transición energética hacia un modelo libre de emisiones de CO2 y decidir con qué tecnologías de generación quiere contar. En este punto, ha dicho, Endesa seguirá "al pie de la letra" lo que determinen el Gobierno y el resto de las formaciones políticas.
No obstante, ha precisado que, una vez definido el mix de generación, "habrá que discutir si el actual marco regulador es suficiente para retribuir a esas centrales". Endesa considera que, en las condiciones regulatorias actuales, acometer las inversiones en materia medioambiental que requerirían las centrales de Andorra y Compostilla para seguir en funcionamiento después de 2020 las haría inviables.
Bogas ha reclamado una política energética que evite el cortoplacismo y que proporcione a los agentes del sector un entorno regulatorio "consensuado, estable y predecible".
El objetivo, ha dicho, es lograr que el coste de la transición a una economía libre de emisiones sea "el menor posible" para la sociedad española y que no se ponga en riesgo la seguridad del suministro.
El consejero delegado de Endesa ha subrayado que no basta con reducir las emisiones en el sector eléctrico y que es necesario actuar también en los llamados sectores difusos: transporte, industria y edificación.
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