Los sindicatos CCOO y UGT primero, y USO después, se han reunido con el secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, para defender una vez más el papel del carbón nacional en la generación de electricidad.
Pero ¿qué es lo que defienden para mantener la extracción de carbón de los pozos mineros españoles? Según Víctor Fernández, responsable del Sector Minero de UGT-FICA, son varias razones las que lo justifican:
**1.- El carbón autóctono es más barato que el de importación. **
La realidad es que el precio lo fijan las eléctricas, que firman contratos individuales con las empresas mineras, por lo que es imposible decretar un precio medio, y aunque el precio del mineral de importación fuera inferior al nacional, la diferencia se cubre con subvenciones a las empresas para que el mineral autóctono sea competitivo.
Según el sindicato USO en declaraciones a la prensa durante su reunión con el secretario de Estado de Energía, "la minería privada en España, que es a quien nosotros defendemos, en su totalidad está en concurso de acreedores, se necesitan ayudas para el mantenimiento del sector".
2.- Las ciudades donde se quema carbón en España es donde se emiten menos emisiones de CO2.
La razón estriba en que no hay ninguna central térmica en ninguna de las ciudades españolas, a diferencia de lo que ocurre en las principales ciudades chinas, donde el gobierno ha tenido que tomar la decisión de cerrar sus plantas de carbón porque estaban llegando a registrar un nivel de contaminantes tan elevado, de hasta por 300 a 1000 microgramos por metro cúbico (µg/m³), que era nocivo para la salud y estaba provocando enfermedades respiratorias, enfisemas, cáncer de pulmón o muerte prematura en quienes tenían dolencias de corazón o pulmones.
Finalmente, para evitar estos problemas graves de salud, un gran número de ciudades del norte de China han prohibido el carbón, y la “Prohibición del Carbón” se ha convertido en una medida económica supervisada por una coalición de autoridades.
3.- En España solo se consume el 0,003% del carbón de todo el mundo.
España por tamaño de superficie ocupa el puesto número 53 del mundo (y el 118 por densidad de población), y sin embargo, ocupa el puesto número 24 en consumo de carbón, hasta los 31.306.000 toneladas de carbón, según datos de la Administración de Información de Energía de EEUU. Y por si fuera poco, la generación de electricidad con carbón experimentó el año pasado un "incremento significativo", según la AIE (Agencia Internacional de la Energía), que lo sitúa en el 21%. Además, las importaciones de carbón en España crecieron un 16%.
4.- En vez de cerrar el carbón, se debería cuestionar las emisiones de la gran industria cementera.
El carbón es responsable en el mundo del 45% de las emisiones de CO2 del sector energético, del 40% de las de dióxido de azufre y el 15% de las de óxidos de nitrógeno y partículas. Y, sin embargo, el consumo energético del carbón a nivel mundial representa el 29%.
Además, la Unión Europea ha marcado una hoja de ruta para descarbonizar la economía en la que todos los sectores han de contribuir a la transición hacia una economía baja en carbono, en función de su potencial tecnológico y económico. Y aunque habrá que tomar medidas en todos los **sectores principalmente responsables **de las emisiones en Europa (producción de electricidad, industria, transporte, edificios, construcción, agricultura), existen diferencias en cuanto a la importancia de las reducciones que cabe esperar, según señala en un informe Alianza por el Clima.
Y es precisamente el sector eléctrico el que para la Unión Europea presenta el mayor potencial de reducción, podría eliminar casi por completo las emisiones de CO2 de aquí a 2050, seguido del transporte y la calefacción, donde se podría sustituir parcialmente a los combustibles fósiles.
5.- La climatología actual demuestra que va a ser necesario el carbón, ante la falta de agua por la sequía para la generación de electricidad de las centrales hidroeléctricas.
Una de las consecuencias directas del aumento progresivo de las emisiones de CO2 en la era postindustrial es el cambio climático. Ya hay unanimidad en la comunidad científica en afirmar que existe una relación directa entre el calentamiento global o cambio climático y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero provocado por el ser humano. Se sabe que las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera en la actualidad superan las alcanzadas en el último medio millón de años, y probablemente en los últimos 20 millones de años.
Cada país, cada región del mundo, está amenazada de manera diferente por los efectos del cambio climático. En el caso de España, se arriesga a convertirse en un desierto. Según el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), nos exponemos a "una creciente presión sobre los recursos hídricos, particularmente en el sur", es decir, menos agua a disposición. Y ya se está notando. 2017 se ha convertido en la peor sequía de los últimos 20 años y según Julio Barea, responsable de la campaña de Aguas de Greenpeace, "en el futuro serán más recurrentes, con periodos más cortos entre sequías y de duración más intensa".
Aún así, los sindicatos piden que a partir de 2019 las empresas mineras actuales puedan continuar sin que haya "ningún problema" social ni de producción, y que el Gobierno apruebe un desarrollo reglamentario adicional para impedir el cierre de centrales térmicas.
Por su parte, el responsable del sector mineroeléctrico en CCOO de Industria, Jesús Crespo, ha dicho que el cierre de las centrales térmicas se traduciría en una subida de los precios de la energía para los ciudadanos. "No podemos esperar que toda la energía dependa del tiempo que va a hacer, la alternativa es el carbón, que ahora actúa como moderador de precios y por tanto el carbón nacional debe formar parte del mix eléctrico", ha dicho ante los medios, "así que se les debe poner las trabas necesarias a las empresas eléctricas para que no puedan cerrar las centrales".
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