Las emisiones del ciclo de vida completo del GNL que Europa importa de EEUU equivalen al 48% de las del carbón

El análisis de Wood Mackenzie revela que las emisiones del ciclo de vida del GNL estadounidense suelen rondar el 48% del equivalente del carbón. Esta diferencia no sólo tiene que ver con las emisiones significativamente más elevadas relacionadas con la combustión del carbón frente a las del gas, sino también con las pérdidas de metano extremadamente elevadas asociadas a los carbones bituminosos de minería subterránea de los Apalaches, que son una fuente clave para los carbones térmicos importados en el noroeste de Europa.

“En los últimos años, varios artículos y trabajos científicos de gran repercusión han analizado las emisiones del ciclo de vida del GNL y del carbón”, afirmó Daniel Toleman, director de Investigación de Global LNG de Woodmac. “Estos estudios han sugerido que las emisiones del GNL pueden ser en realidad superiores a las del carbón. Esto se debe a las pérdidas de metano a lo largo de la cadena de valor. Estos hallazgos socavan la premisa del GNL como combustible clave en la transición energética. En estos debates se ha señalado específicamente al GNL de Estados Unidos. Esta atención se debe a la considerable especulación sobre las emisiones de metano relacionadas con la producción de gas no convencional. Este tipo de producción alimenta la mayoría de los proyectos de exportación de GNL de Estados Unidos”.

El análisis de Wood Mackenzie revela que las emisiones del ciclo de vida del GNL estadounidense suelen rondar el 48% de su equivalente en carbón. Esta diferencia no sólo tiene que ver con las emisiones significativamente más elevadas relacionadas con la combustión del carbón frente a las del gas, sino también con las pérdidas de metano extremadamente elevadas asociadas a los carbones bituminosos de extracción subterránea de los Apalaches, que son una fuente clave para los carbones térmicos importados en el noroeste de Europa.

El informe revela que las emisiones medias del ciclo de vida del GNL estadounidense en China se sitúan en torno al 63% del nivel del carbón. El rango de emisiones del carbón es considerablemente menor que el observado en Estados Unidos. Esto se debe a que las pérdidas de metano asociadas a los carbones extraídos en superficie en Indonesia son mucho menores. Dicho esto, incluso el carbón indonesio con emisiones más bajas sigue siendo un 23% superior al GNL estadounidense con emisiones más altas, debido a las importantes emisiones de combustión del carbón.

Las verdades sobre el GNL y el carbón

Toleman añadió sobre el GNL y el carbón: “También está claro que hay una serie de “verdades” sobre el GNL y el carbón que quizá no siempre se hayan apreciado o representado plenamente en algunos de los análisis publicados anteriormente. Estas verdades son extremadamente importantes si se quiere hacer una evaluación justa y razonable comparando las emisiones del GNL y el carbón en EEUU”.

Según Toleman, estas verdades incluyen:

1 El gas para los proyectos de GNL estadounidenses no procede principalmente de la cuenca del Pérmico, de alta intensidad de metano: actualmente, el gas del Pérmico representa sólo el 10% del suministro, mientras que más de dos tercios proceden de las cuencas de Haynesville y del Noreste, de bajas emisiones.

2 Se sabe que una proporción significativa del gas procedente de Haynesville y el Noreste tiene una intensidad de metano certificada inferior al 0,2%, por lo que nuestras estimaciones sobre el GNL estadounidense en este análisis son probablemente superiores a la realidad actual.

3 Los proyectos de licuefacción estadounidenses suelen contar con tecnologías de turbinas más modernas y eficientes, por lo que su intensidad de emisiones es, de media, un 20% inferior a la media mundial.

4 Los buques de GNL con turbinas de vapor, que emiten más, transportan sólo un porcentaje muy pequeño del GNL estadounidense; la mayor parte del GNL se envía desde Estados Unidos en buques modernos y más eficientes, con emisiones significativamente más bajas.

5 El carbón de las minas subterráneas tiene una intensidad de emisiones de metano muy superior a la de cualquier proyecto de GNL estadounidense.

Y continúa Toleman: “Después de muchos años estudiando las emisiones de la cadena de valor de los combustibles fósiles, creemos que es importante que la industria del GNL, los gobiernos, los reguladores y las ONG se reúnan en torno a una «verdad común» basada en hechos e información empírica sobre las emisiones relacionadas con el GNL. De este modo se crea una línea de base aceptada a partir de la cual la industria puede seguir avanzando en el difícil proceso de descarbonización de toda la cadena de valor del GNL. Los esfuerzos por desacreditar esta verdad común, aunque bienintencionados, quizá distraigan de las verdaderas cuestiones para la industria y, de hecho, pueden llegar a obstaculizar el progreso”.