El Parlamento Europeo ha querido mantener el espíritu del 'paquete de energía limpia' que propone la Comisión Europea, una propuesta legislativa de 1000 páginas que pretendía colocar al consumidor en el centro del sistema energético, y para ello una de las medidas más importantes es la prioridad de despacho. Por eso, tiene sentido que la Comisión de Industria y Energía del Parlamento Europeo (ITRE) haya votado a favor en el texto de la regulación del diseño del mercado eléctrico.
Pero ha habido un ten con ten. Por un lado han apoyado el mantenimiento de las normas que priorizan las energías renovables como la primera fuente de energía que se utiliza en la red, pero no para todas. El ITRE ha aprobado medidas para facilitar que los pequeños productores de energía y los autoconsumidores vendan el exceso de energía a la red con prioridad de despacho, pero se elimina para aquellos parques que superen los 500 kW de potencia instalada.
El umbral fijado para poder beneficiar de esta prioridad supone que muchas cooperativas que generan electricidad, sobre todo con energía eólica, no podrán beneficiar de esta disposición, una realidad muy extendida en Alemania, pero ciertamente beneficia a los pequeños productores y a los autoconsumidores que quieran vender su energía excedente a la red.
Esta decisión no estaba incluida en el borrador original. El informe redactado por el letón **Krišjānis Kariņš **(del Grupo del Partido Popular Europeo) amenazaba con exponer a los pequeños productores de energías renovables a las mismas reglas que las grandes firmas de energía, como parte de la búsqueda del eurodiputado para crear un campo de juego totalmente nivelado para el mercado eléctrico.
Conforme a un proyecto de enmienda, el ponente de esta normativa tuvo que eliminar una sección completa de la propuesta original de la Comisión sobre el llamado "despacho prioritario", que habría dado un tratamiento especial a las fuentes de energía renovables sobre la generación de energía con combustibles fósiles.
La organización SolarPowerEurope ha visto con buenos ojos este cambio, tanto es así que la directora de políticas Aurélie Beauvais lo ha denominado "una victoria importante para la transición de energía limpia".
La posición del Parlamento ahora respalda el mantenimiento prioritario de la infraestructura existente, pero se eliminará gradualmente después de 2020 para nuevos activos. El consejero delegado de WindEurope, Giles Dickson, ha dicho que así "se ayudará a los proyectos eólicos a reducir el riesgo, reducir los costes de capital y, por lo tanto, minimizar el costo del respaldo de las energías renovables para los consumidores".
Los proyectos a pequeña escala también pueden beneficiarse de la llamada medición neta virtual, que permite que la energía renovable se comparta en grandes áreas a través de una contabilidad inteligente. Un esquema que ya se hace en Grecia, donde se contabiliza la energía solar generada en el techo de una escuela a un albergue local, lo que proporciona al municipio local ahorros significativos.
Sin embargo, ha habido también críticas a la decisión. La eurodiputada alemana del S&D (Socialists & Democrats), Martina Werner, ha insistido en que "mientras no exista una igualdad de condiciones entre los diferentes tipos de generación, la prioridad de despacho no se puede eliminar", y por tanto, la posición del Consejo "carece de ambición y coherencia".
El Parlamento tendrá una gran pelea en sus manos cuando trate de convencer a los estados miembros de su posición, ya que el Consejo decidió en diciembre dejar el tema en un segundo plano y dejar que los países individuales decidan si exponer a los pequeños -los productores de escala a toda la fuerza del mercado o no.
El próximo mes se votará en el Pleno del Parlamento Europeo y después se tendrá que negociar en los trílogos, con el Consejo Europeo.
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