Statkraft, primer productor renovable de Europa y líder en el mercado de PPAs, ha publicado una nueva edición de su informe anual ‘Green Transition Scenario’, en el que analiza la evolución de la transición energética en tres escenarios: un escenario verde optimista (Green Scenario), un escenario en el que la transición se retrasa (Delayed Scenario) y otro marcado por la inestabilidad global (Unrest Scenario).
En el Green Scenario, el calentamiento global puede limitarse a 1,9 grados, en línea con el objetivo de 2 grados del Acuerdo de París, aunque insuficiente para alcanzar el objetivo de 1,5 grados. Sin embargo, si el progreso en la transición energética no continúa a un ritmo elevado, el informe prevé un aumento de temperatura de alrededor de 2,4 grados, con consecuencias importantes para las personas y el planeta.
“Nuestros escenarios muestran que aún es posible alcanzar el objetivo de 2 grados del Acuerdo de París, pero esto requiere un ritmo de reducción de emisiones significativamente más rápido que el actual. Las tensiones geopolíticas y los desafíos económicos y políticos afectan a la velocidad de la transición energética, por otro lado, la rápida reducción de costes de tecnologías maduras como la solar, la eólica y las baterías, permiten que la reducción global de emisiones de CO₂ siga siendo alcanzable. Vemos que los recortes de emisiones, especialmente en sectores industriales y transporte de larga distancia, están resultando más complicados y costosos de lo que se suponía,” afirma Torjus Folsland Bolkesjø, responsable de Estrategias Energéticas Globales y autor del informe.
El papel flexible de las baterías
El informe destaca que el papel de los Sistemas de Almacenamiento de Energía en Baterías (BESS, por sus siglas en inglés) se consolida como un habilitador crucial, competitivo en costes y flexible para la integración de las energías eólica y solar en el sistema eléctrico. No obstante, todos los escenarios muestran que, en el horizonte 2050, existirá una combinación de soluciones que aportan flexibilidad.
En el escenario más optimista, la energía solar será la tecnología dominante de generación eléctrica a nivel mundial para el año 2030, creciendo entre 8 y 16 veces desde 2023 hasta 2050. La eólica terrestre muestra un crecimiento constante en todos los escenarios, con una capacidad total que alcanzará entre 3 y 6 veces el nivel actual.
A medida que la energía eólica y solar se vuelven cada vez más centrales en el sistema, su naturaleza variable hace que las soluciones de flexibilidad sean esenciales. En 2024, la capacidad de las baterías creció más de un 50% en comparación con las instalaciones de 2023. Este crecimiento seguirá en los próximos años, impulsado por la reducción de costes, el aumento de la participación de las energías renovables, una mayor volatilidad de precios en los mercados eléctricos y la creciente necesidad de equilibrar la red.
El fuerte crecimiento global de las tecnologías renovables continúa con récords cada año. En 2024, las inversiones en energía limpia e infraestructuras siguieron aumentando y fueron casi el doble que las inversiones en combustibles fósiles a nivel mundial, según la Agencia Internacional de la Energía (IEA, en sus siglas en inglés) y Ember. “Esperamos que la producción anual de energía limpia pronto supere la demanda energética global, lo que significa que las emisiones ‘máximas’ del sector eléctrico probablemente ya han quedado atrás,” afirma Mari Grooss Viddal, analista principal y autora del informe.








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