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Las renovables ayudan a las mineras a reducir un 20% sus costes de energía

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Planta híbrida solar-diésel de Cronimet Mining en Sudáfrica.
Planta híbrida solar-diésel de Cronimet Mining en Sudáfrica.

Cada vez más empresas mineras apuestan por las energías renovables. Además de conseguir importantes ahorros en sus costes energéticos, les coloca en mejor posición para negociar con sus proveedores de electricidad y diésel , según un estudio que acaba de publicar la consultora alemana THEnergy. La eólica y la fotovoltaica permiten al sector minero conseguir una disminución de sus costes energéticos de hasta un 20%.

En este mes de febrero se han anunciado dos operaciones significativas del interés creciente entre las empresas mineras por las energías renovables. Sandfire Resources ha declarado su intención de construir una planta 10,6 MW fotovoltaicos en su mina de cobre en DeGrussa, en Australia Occidental. El proyecto será diez veces mayor que la mayor planta híbrida solar-diésel de las existentes hasta ahora en el sector minero.

Sólo una semana después, la minera sudafricana Sibanye Gold ha anunciado planes para construir una planta solar de 150 MW para conseguir un mayor control de sus costes de energía, que representan aproximadamente el 20% de sus costes totales. Esta es sólo una muestra de una tendencia creciente hacia la aplicación de las energías renovables en el sector minero. Un cambio que se viene observando en otros sectores, de los que ya se ha hecho eco El Periódico de la Energía, en los que grandes corporaciones como IKEA, Google, Apple, Facebook, Microsoft o Amazon han apostado decididamente por producir la energía que consumen mediante la puesta en marcha de  importantes proyectos de energías renovables a gran escala.

Insatisfacción con los proveedores energéticos

La primera conclusión del estudio realizado por la consultora alemana THEnergy, titulado _Renewable energy boosts negotiation position of mining companies toward current energy suppliers, _es el elevado nivel de insatisfacción de las compañías mineras con sus proveedores energéticos. ¿Las razones? En primer término, los elevados precios de la energía en plena crisis de precios de los combustibles fósiles.

Una segunda razón, sobre todo válida para África y algunas zonas de Asia y América del Sur, es que el suministro de energía no es muy fiable. En estas regiones, las minas conectadas a la red tienen que lidiar con desconexiones o apagones frecuentes, que son sumamente críticos para muchos procesos de la minería. Otras razones adicionales son las largas esperas a que se ven obligadas las compañías para conectarse a la red y la falta de orientación al cliente de muchos de los servicios públicos y los proveedores energéticos. En definitiva, un buen caldo de cultivo en el que ha germinado el descontento de la minería y ha propiciado un desplazamiento del sector hacia las energías limpias.

Según el estudio, en muchos países, la estructura del mercado, sobre todo en el sector de servicios públicos, viene marcada por un fuerte acento monopolístico y un bajo grado de competencia. En este contexto, los proveedores de energía renovable vienen a romper situaciones indeseadas y pueden ofrecer alternativas interesantes. El estudio  de Thenergy también demuestra que compañías mineras pueden mejorar su posición negociadora considerablemente al apoyar los proyectos de energía renovable.

Las ventajas son válidas tanto para las minas conectadas a la red como para las minas fuera de la red. En ambos casos, las empresas mineras no están obligadas a financiar los proyectos por sí solas, ya que para los proyectos conectados a la red hay un buen número de proveedores independientes de energía (IPP) que ofrecen contratos de venta de energía a largo plazo o ppa (power purchase agreement).

Algo parecido ocurre con las minas fuera de la red, ya que se han puesto en marcha iniciativas parecidas a los ppa, donde los inversores externos ponen en marcha la instalación renovable y alquilan la planta o venden la producción  eléctrica a las minas. El hecho es que las energías eólica y fotovoltaica han abaratado mucho sus costes y son más competitivas que nunca, lo que comienza a considerarse por muchos servicios públicos y proveedores de diésel como una seria amenaza. Tan es así que, como se recoge en el informe, en muchas ocasiones basta una simple amenaza para conseguir una mejora de las condiciones de los contratos con los proveedores.

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