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El Fondo Monetario Internacional auguraba para España una caída del PIB del 8% durante 2020 y un paro del 21%. Si algún economista se quería pasar a guionista de películas de terror, lo había conseguido, el guion era redondo. La tan anunciada “recuperación en V” desaparecía de las apuestas y hacía bueno aquel viejo chiste: “señores, ya hemos tocado fondo, ahora nos arrastraremos por él…”

En el sector renovable, desgraciadamente, ya estamos acostumbrados a las películas de catástrofes. Hemos vivido recortes, cambios regulatorios, desplomes bursátiles, incertidumbre regulatoria… pero, como el héroe de esas películas, al final de la historia seguimos vivos y nos damos cuenta de que, a pesar de que nuestras acciones eran criticadas, también eran acertadas.

El Fondo Monetario Internacional no es infalible. Tras su actuación en la anterior crisis donde exigió duros ajustes en Europa, con especial énfasis en los conocidos “PIGS” entre los que nos encontramos, tuvo que reconocer su error mediante Olivier Blanchard, su economista jefe. En su momento no comprendieron que la austeridad acabaría con el crecimiento: un errorcillo sin importancia, ¿verdad? Por lo tanto, las previsiones del Fondo Monetario Internacional no conforman un destino ineludible.

España cuenta con excepcionales recursos para salir de la crisis si sabemos aprovecharlos. Aunque sigamos siendo “el país del sol”, esta vez no tienen que ver con el turismo que, según los principales estudios disponibles, le llevará todo el año 2020 recuperar algo parecido a las cifras anteriores a la crisis. Nuestros excepcionales recursos son nuestros recursos renovables. Nuestro sol, nuestro viento, nuestra agua, nuestros magníficos recursos biomásicos.

A comienzos de año, cuando la crisis solo era algo que sucedía en una lejana región de China, sucedieron dos eventos que me gustaría recordar. El primero, fue la celebración de la Feria de energía y medioambiente GENERA. Todos los profesionales del sector (y de fuera de él) que asistieron, fueron testigos de que el sector renovable vivía una época de ebullición. Veníamos de un año récord en toda nuestra historia en el que se habían instalado 6.456 MW eólicos y fotovoltaicos a la red que, contando el autoconsumo, se situaban cerca de los 7 GW. Y lo que más predominaba en GENERA no eran las grandes plantas, era lo que desde hacía mucho tiempo habíamos predicho, las renovables como paradigma de la generación distribuida, generación de empleo en el entorno del consumo.

El segundo evento fue una visita con periodistas a una planta de biomasa. La biomasa es la tecnología de generación que más empleos genera por megavatio instalado o para usos térmicos. Como en el caso del autoconsumo, empleos ligados al punto de consumo, que mejoran la competitividad de las compañías, que luchan contra la 'España Vaciada'. Al contemplar aquella planta de biomasa de nueva generación, que combinaba tecnología punta con la recogida de recursos naturales autóctonos, comprobamos de primera mano algo que ya sabíamos desde hacía tiempo: las renovables son más que energía, son empleo, son competitividad, son industria nacional que respeta nuestro entorno y cuida nuestro planeta. Son mucho más que fábricas de kilovatios hora.

Porque si las renovables son expertas en un género cinematográfico no es en el de catástrofes sino en el de épica. ¿Quién no se querría levantar por la mañana y luchar por salvar el planeta? ¿Quién no querría utilizar los recursos sostenibles para generar riqueza y empleo? El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), remitido a Bruselas cuando comenzó el estado de alarma, cifraba en más de 107.000 los empleos creados por las energías renovables en la próxima década.

Es posible que el FMI haya augurado para nosotros un destino fatal. Sabemos que, tras la crisis sanitaria, tendremos que enfrentar una crisis económica, que ya hay cerca de 4 millones de trabajadores afectados por los ERTEs, que el escenario es catastrófico y que es fácil que se cumplan las predicciones realizadas por el FMI. Pero también sabemos que somos capaces de luchar contra los pronósticos de señores de negro situados a miles de kilómetros. Sabemos que en 2013 el paro en España estaba por encima del 26% y cuando empezó la crisis estaba por debajo del 14%. Sabemos que hemos sufrido otras crisis en el pasado y aquí estamos, como el héroe de la película, nos mantenemos aún en pie. Y sabemos que tenemos armas para luchar contra el destino que nos marcan.

Nada podemos hacer ya para borrar el COVID19 de nuestro futuro y nuestro presente, pero sí podemos empezar a trabajar desde hoy para conseguir que nuestra recuperación económica sea lo más rápida y consistente posible. Las renovables son uno de los pilares que debemos usar para recuperar nuestra economía. Si nos apoyamos en este vector de crecimiento y trabajamos alineados sociedad, empresas y Gobierno, podemos reescribir el guion. Tenemos los recursos, la experiencia y el conocimiento para cambiar el final de la historia, hagámoslo.

José María González Moya, Director General de APPA Renovables

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Un comentario

  • Fkushima4ever

    18/04/2020

    Son este tipo de mensajes y la visión que llevan detrás los que se necesitan ahora para que muestren a los políticos un horizonte alcanzable con políticas que piensen en los recursos que no se volatilizan y que llevan tanto tiempo ahí sin ser convenientemente aprovechados.

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