Lecciones del Covid-19 en clave energética: la polución en las ciudades
Estos días atrás hemos tenido oportunidad de leer en diversos medios de comunicación de prensa generalista como después de varias semanas de confinamiento, donde se ha constatado de forma prolongada una descenso en el nivel de movilidad y tráfico en nuestras principales ciudades Madrid y Barcelona en un 75%, y en cómo éste hecho ha afectado positivamente en la reducción de la contaminación por NO2 (también la acústica) de un 70-80%.
El NO2, un gas generado en las reacciones de combustión a altas temperaturas que se producen principalmente en los vehículos motorizados, que además de la contaminación afecta especialmente al ser humano.
Ya es visiblemente apreciable en estas ciudades, la ausencia de las conocidas sombreros de contaminación visibles principalmente en los días laborables durante prácticamente todo el año.
Sin lugar a dudas, la situación actual del medio ambiente podemos considerarlo como una de las escasas noticias positivas que nos deja esta terrible situación provocada por la expansión del Covid-19 y que está poniendo a prueba nuestro sistema sanitario, nuestra capacidad de gestión y toma de decisiones, y en breve nuestra economía.
Habrá tiempo para analizar cuando se vuelva gradualmente a la normalidad, si este efecto tiene un impacto positivo en frenar los efectos progresivos del cambio climático que tienen como principales consecuencias el aumento de las temperaturas en todas las épocas del año y la frecuencia cada vez más habituales de inundaciones y olas de calor que también tiene consecuencias directas en la curva de la demanda energética por el elevado uso de los equipos de aire acondicionado, y en el aumento de enfermedades respiratorias, circulatorias y de cáncer de pulmón que disminuyen nuestra calidad de vida.
Como sociedad necesitaremos reflexionar, también en clave energética, si es conveniente acelerar todavía más, las medidas enfocadas a la disminución de vehículos a motor de combustión y su sustitución por vehículos más sostenibles y en la incentivación de la generación de energía alternativa para disminuir la contaminación.
Por este motivo, siendo la prioridad indiscutible la lucha contra la pandemia, actividades que deberían promoverse y recibir incentivos financieros por las administraciones cuando pase todo esto, aquellas directamente relacionadas la reducción de emisiones, como la rehabilitación de edificios, los equipos eficientes o la infraestructura de recarga de vehículos eléctricos.
Si alguna lección podemos extraer de la actual situación es que la naturaleza no negocia y hay experiencias como la actual imprevisible y no deseada que nos marcan el camino.
Alejandro Valdovinos es miembro del Cluster de l’Energia de Catalunya y responsable de Nuevos Negocios en Simon SA.