La producción de petróleo de Libia podría reducirse a cero a principios de junio debido al bloqueo que sufre su principal punto de embarque, situado el puerto oriental de Marsa al Hariga, a causa del actual conflicto político, advirtieron fuentes oficiales.
Según la sección de la Compañía Nacional de Petróleo (CNP) bajo control del nuevo gobierno de unidad libio en Trípoli, los tanques que almacenan el crudo en el citado puerto se hallan al borde de su capacidad.
"Si en cuatro semanas no se reanuda la carga, nos veremos obligados a detener la producción de petróleo", explicó un portavoz de la compañía en la capital.
El conflicto se remonta al pasado 30 de abril, fecha en la que la ONU y el denominado gobierno de unidad en Trípoli pidieron a Malta que impidiera el paso de un petrolero con bandera india que había sido cargado en un puerto del país.
Ambos argumentaron que el petróleo, comprado por una empresa de Emiratos Árabes Unidos, había sido introducida en el buque sin consultar y sin la autorización de la administración de la CNP en Trípoli.
La sección de la CNP en el este, vinculada al Parlamento en Tobruk -que se resiste a reconocer al gabinete de unidad y al Consejo Presidencial designado por la ONU que lo nombró- insiste en que su único interés es cumplir con los compromisos adquiridos.
Ante esta situación, la producción petrolera en el este de Libia ha descendido ya de los 240.000 barriles diarios habituales a los 90.000 actuales.
Un bloqueo prolongado del puerto podría causar, además, daños estructurales en esta instalación, ya que según los expertos si el crudo deja de fluir puede llegar a solidificarse en los oleoductos y tanques por su alto contenido en ceras.
Libia es un Estado fallido, víctima de la guerra civil y el caos, desde que en 2011 la comunidad internacional apoyara militarmente el alzamiento rebelde contra la dictadura de Gadafi.
Desde hace un mes, tres grupos se disputan el poder político: un Parlamento reconocido en Tobruk, un gobierno considerado rebelde expectante en Trípoli, y un gabinete de unidad que carece de legitimidad popular y que ninguno de los otros dos reconoce.
La división ha sido aprovechada por los grupos yihadistas como la rama libia del Estado Islámico y de la organización de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) para conquistar varias ciudades y extender su influencia al resto del norte de África.
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