El diseñador de Nueva York, Joe Doucet, ha sido el creador del último invento de energía eólica. Se trata de unos muros o paredes de pequeñas turbinas eólicas que se instalarían en comunidades de vecinos. Lo que busca el diseñador es aprovechar un espacio para decorarlo y aprovechar además la generación eléctrica.
Cada pared contaría con unas 25 turbinas verticales, cada una conectada a un generador de 400 vatios para una potencia máxima total de 10 kW. Al igual que una configuración solar en la azotea, estos podrían conectarse a la red o funcionar a través de un sistema de batería para almacenamiento. Doucet dice que serán "casi silenciosos", que no producirán "más ruido que un suave giro" y que serán seguros para usar con niños, ya que las turbinas se pueden parar con la mano.
Según cuenta el portal Newatlas, estas turbinas son capaces de captar el viento desde cualquier dirección menos la vertical y podrían funcionar como un sistema independiente o combinarse con un panel solar para generar energía en momentos superpuestos. Doucet dice que quiere mantener estos muros "muy asequibles" y está "entrevistando a socios potenciales para convertirlo en realidad".
Pero, ¿hasta qué punto esto es eficiente y merece la pena? El portal ha hecho unos cálculos y asegura que se trata de una instalación no muy fiable. Por un lado, teniendo en cuenta la actual eficiencia de los parques eólicos, una instalación de estas caraacterísticas podría en el mejor de los casos producir unos 84 kWh al día.
Un dato que aseguran que será realmente peor, o mejor dicho más bajo porque unas turbinas tan pequeñas, superpuestas unas con otras y colocadas a nivel de suelo será mucho menos eficiente que las tres palas de un aerogenerador.
Por tanto, esta idea parece que es muy bonita, incluso hipnótica cuando funciona, pero energéticamente hablando es un poco chapuza.
Juan Jose Bianchi
16/01/2022