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Los aerogeneradores de GE no consiguen abrirse hueco en el mercado offshore europeo

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GE Power está intentando entrar en el mercado eólico offshore europeo pero no encuentra el modo. Y tampoco es que esté teniendo mucho éxito en su país de origen, EEUU. Desde que en 2015 se hiciera con el control de la francesa Alstom, y de su negocio eólico, Alstom Wind, sus intentos se han quedado en papel mojado.

Hasta la fecha, solo ha conseguido vender sus máquinas de 6 MW que como pronto no entrarían en operación hasta 2021. "De momento sólo hay un prototipo en Belwind (Bélgica), una pre-serie de 5 máquinas en EEUU y un parque de 66 máquinas en Merkur (Alemania). Todas ellas son máquinas de 6 MW", explican fuentes cercanas a la compañía.

Pero GE está convencido de que el futuro se encuentra en este sector. Ha invertido cantidades ingentes de I+D para conseguir sacar cabeza, y destinará casi 400 millones de euros entre los próximos tres y cinco años para nuevas máquinas. Por el momento, intenta colocar en el mercado una de 7 MW y la que anunció a bombo y platillo hace un año: el aerogenerador offshore más potente del mundo, el Haliade X de 12 MW. Proyectos que sobre todo se investigan y desarrollan en el Centro Global de Investigación de Barcelona, con palas se fabrican en la planta de LM Wind Power en Castellón y cuyas secciones de las torres podrían producirse en su fábrica de Sevilla, aunque aún sin recorrido comercial.

https://elperiodicodelaenergia.com/general-electric-presenta-haliade-x-de-12-mw-la-turbina-de-eolica-offshore-mas-potente-del-mundo/

Y es que GE Renewable Energy es una multinacional que cuenta con casi tantos empleados en España como la hispano-germana Siemens Gamesa (más de 3.500 personas).

"En su fábrica de LM Wind Power en Castellón la plantilla supera las 600 personas, en su Centro Global de I+D en Barcelona trabajan más de 500 personas, y además, posee otra fabrica en Ponferrada, con más de 1.000 empleados, un pequeño centro en Toledo, además de su fábrica de torres de Sevilla y todo su personal para mantenimiento de parques", explican las mismas fuentes.

De lo que no hay duda es que su apuesta es el sector eólico. Su acuerdo con Forestalia para terrestre le garantizan un pedido de 300 megavatios solo para Aragón, pero en el negocio offshore no consigue abrirse camino.

¿Cuál es el problema? Según datos de la propia compañía, quería batirse el cobre con sus competidores europeos abriendo la puerta en Francia, pero sus esfuerzos se han convertido en un soufflé desinflado. GE esperaba vender sus máquinas hasta en cinco parques offshore franceses: Calvados, Fécamp Offshore, Golfe du Lion, Groix y Saint-Nazaire, pero todos ellos están paralizados por la decisión del gobierno francés de cambiar la regulación en la retribución de las primas, reduciendo las tarifas prometidas de 200 euros a 150 por MW.

Además, en diciembre pasado el Ministro de Transición Ecológica y de Solidaridad decidió extender el plazo para la puesta en servicio de los parques eólicos marinos de Saint-Nazaire, Fécamp y Courseulles-sur-Mer otros tres años más, con lo que hasta 2025 no serán puestos en funcionamiento.

Todo ello ha hecho mella en GE y ha decidido ceder los derechos de suministro de turbinas para dos de esos parques eólicos marinos que podrían llegar a sumar casi 1 GW a su rival Siemens Gamesa Renewable Energy.

https://elperiodicodelaenergia.com/siemens-gamesa-elegido-proveedor-preferente-para-dos-proyectos-offshore-en-francia-de-casi-1-000-mw/

GE ha argumentado que ha renunciado a su condición de proveedor exclusivo de tres parques eólicos marinos desarrollados por Eolien Maritime France (EMF) porque los retrasos desde 2012 habían "impactado significativamente las características financieras de esos proyectos".

Esta situación también ha llevado hasta otro punto insostenible para la multinacional norteamericana. Los empleos. Se espera que en breve recorte empleos en su unidad eólica marina con sede en Francia. El primer escalón de la debacle serán 80 puestos que irán, principalmente, a la fábrica de turbinas Haliade en Nantes y a la oficina de diseño en St-Nazaire. En Francia, GE emplea a 370 personas en su división offshore.

Tampoco cumplirá con su compromiso de crear 1.000 empleos netos en el país galo, tal y como había prometido cuando estaba negociando para comprar Alstom Wind en 2014. Eso significa que ahora tendrá que pagar 50 millones a un fondo de reindustrialización como compensación por incumplir el acuerdo.

GE ha reconocido que se encuentra "en un entorno de mercado particularmente difícil, aunque la empresa ha hecho todo lo posible para crear empleos".

Y es que la eólica marina sigue siendo un reino dominado principalmente por compañías europeas, especialmente de Alemania/España, Dinamarca y Gran Bretaña, donde el sector público ofrece ayudas para que los proyectos enormemente costosos puedan llevarse a cabo.

Transformación del negocio de GE

Para GE el sector de las renovables es estratégico. Después de registrar unas pérdidas de alrededor de 20.000 millones de dólares por deterioro masivo de su negocio de combustibles fósiles el año pasado, su nuevo CEO, Lawrence Culp, quien asumió el cargo en octubre pasado, quiere transformar y redirigir la compañía. Por el momento, venderá su negocio biofarmacéutico por 21.400 millones.

Con más de 100.000 millones de deuda más intereses, GE se enfrenta a la urgente tarea de reconstruir su negocio central y fortalecer otros potenciales donde pueda ganar, y las energías renovables son un área clave para este fin. Precisamente por eso quiere que sean ahora su negocio principal. Es el segmento que genera más del 10% de los ingresos totales y está creciendo más rápido que las operaciones de aviación y atención médica. Pero por el momento, el negocio offshore se le resiste.

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