La implementación de aranceles recíprocos por parte del gobierno de Donald Trump es particularmente evidente en sectores considerados críticos para los intereses nacionales, como el energético, donde mantener cadenas de suministro estables resulta esencial. A medida que el panorama arancelario de EEUU continúa evolucionando, las implicaciones para los mercados energéticos en todo el continente americano son profundas.
Diseñados para fortalecer la manufactura nacional y reducir la dependencia de las importaciones, los aranceles han provocado de manera inadvertida importantes interrupciones en las cadenas de suministro de energía limpia. En consecuencia, se espera que estos aranceles compliquen la transición hacia las energías renovables en las Américas, afirma la firma de análisis y datos GlobalData.
El último informe de GlobalData, “Manual de Políticas de Energía Renovable en América del Norte y del Sur 2025”, revela que los aranceles de EEUU han generado repercusiones en todo el país y han afectado la dinámica comercial dentro del continente americano. Los productores, proveedores y consumidores de energía deben mantener flexibilidad para adaptarse a estos cambios, lo que requiere una reevaluación de las estrategias de cadena de suministro, los acuerdos contractuales y las capacidades de producción nacional.
Impuestos punitivos
Sudeshna Sarmah, analista de energía en GlobalData, comenta: “La expansión de los aranceles ha introducido impuestos punitivos sobre una amplia gama de componentes de energía limpia, incluidos módulos solares, turbinas eólicas, transformadores y piezas relacionadas con baterías. Si bien la intención detrás de los aranceles es estimular la producción nacional, la realidad es que la capacidad manufacturera actual de EEUU no alcanza a satisfacer la creciente demanda de desarrollos a gran escala. Esta disparidad ha resultado en precios inflados y retrasos significativos en los cronogramas de los proyectos”.
Los aranceles también han tensionado las relaciones comerciales regionales, especialmente con exportadores canadienses y mexicanos. La imposición de estrictos requisitos de contenido y origen nacional ha derivado en impuestos punitivos sobre las transacciones transfronterizas, complicando las iniciativas de cooperación energética. Este entorno regulatorio ha provocado cuellos de botella logísticos y mayores costos de cumplimiento para las empresas que operan en América del Norte, agravando aún más los desafíos que enfrenta el sector de energía limpia.
Sarmah concluye: “El sector de energías renovables en América del Sur se encuentra particularmente presionado por estos aranceles. La escasez de componentes críticos y el aumento de los riesgos de adquisición han ralentizado los esfuerzos de modernización de las redes eléctricas y aumentado la incertidumbre para las empresas de servicios públicos. Como resultado, las inversiones a largo plazo en proyectos de energía limpia se han visto obstaculizadas, complicando aún más la transición energética de la región”.
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