Una rápida sustitución de los combustibles fósiles por combustibles renovables basados en hidrógeno verde y biocombustibles avanzados podría permitir reducir hasta el 80% de las emisiones de CO2 atribuidas al transporte marítimo internacional para mediados de siglo, según un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA).
Los combustibles renovables deberían contribuir con al menos el 70% del mix energético del sector en 2050, tal y como muestra enl informe A Pathway to Decarbonise the Shipping Sector by 2050 de IRENA , que describe una hoja de ruta para el sector marítimo global en línea con el objetivo climático global de 1,5 ° C.
El director general de IRENA, Francesco La Camera, dijo: “Entre el 80% y el 90% del comercio internacional se realiza por vía marítima. La descarbonización del transporte marítimo mundial es uno de los sectores más difíciles de abordar y, a pesar de las ambiciones elevadas, los planes actuales no cumplen con lo que se necesita. Esta perspectiva de IRENA muestra claramente que reducir las emisiones de CO2 en un sector tan estratégico y difícil de reducir es técnicamente factible a través de combustibles de hidrógeno ecológicos”.
“Es fundamental actuar desde el principio”, añadió La Camera, quien manifestó su deseo de que “este informe aliente a los responsables políticos, propietarios y operadores de barcos, autoridades portuarias, desarrolladores de energía renovable y empresas de servicios públicos a trabajar juntos hacia objetivos climáticos comunes y mostrar su ambición a los líderes mundiales en la conferencia climática de la ONU COP26 en Glasgow".
Si el sector del transporte marítimo internacional fuera un país, sería el sexto o séptimo mayor emisor de CO2 . La vía de descarbonización a 1,5 ° C de IRENA se basa en cuatro medidas clave, como la electrificación indirecta mediante el empleo de combustibles ecológicos a base de hidrógeno, la inclusión de biocombustibles avanzados, la mejora de la eficiencia energética de los buques y la reducción de la actividad sectorial debido a cambios sistémicos en la dinámica del comercio mundial.
A corto plazo, los biocombustibles avanzados desempeñarán un papel clave en la reducción de emisiones, proporcionando hasta el 10% del mix energético total del sector en 2050. A medio y largo plazo, los combustibles ecológicos a base de hidrógeno serán fundamentales, representando el 60% del mix energético en 2050. El e-metanol y el e-amoníaco son los combustibles ecológicos a base de hidrógeno más prometedores, y en particular el e-amoníaco se convertirá en la columna vertebral de la descarbonización del sector para 2050.
El informe de IRENA señala que el e-amoníaco podría representar hasta el 43% de las necesidades energéticas del sector en 2050, lo que implicaría el uso de alrededor de 183 millones de toneladas de amoníaco renovable solo para el transporte marítimo internacional, una cantidad comparable a la producción mundial de amoníaco actual.
El informe de IRENA también encuentra que los costos de producción de combustibles alternativos y su disponibilidad determinarán en última instancia el empleo real de los combustibles renovables. Pasar de emisiones de CO2 casi nulas a cero netas requiere una combinación de energía 100% renovable para 2050. Si bien los costos de la energía renovable han estado cayendo a un ritmo acelerado, se necesitan más reducciones de costos para que los combustibles derivados de la energía renovable se conviertan en la principal opción de propulsión.
Los objetivos climáticos y la ambición de descarbonización pueden elevarse mediante la adopción de medidas políticas internacionales coordinadas pertinentes y oportunas. Un gravamen realista sobre el carbono será fundamental, poniendo un precio de carbono ajustable en cada combustible para evitar nuevas inversiones en combustibles fósiles y activos inmovilizados.
Finalmente, el informe hace un llamamiento a todas las partes interesadas para que desarrollen modelos comerciales más amplios y establezcan asociaciones estratégicas que involucren a las industrias de uso intensivo de energía, así como a los proveedores de energía y al sector petroquímico. Las partes interesadas deben estar completamente identificadas y comprometidas, los diversos actores deben trabajar hacia un objetivo común. En consecuencia, los órganos rectores que regulan el sector del transporte marítimo internacional deben desarrollar ejercicios de planificación integral y participativa, estableciendo acciones paso a paso para alcanzar cero emisiones para 2050.
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