
Ver para creer. Los molinos eólicos en el mar ayudarían a reducir el impacto de los grandes huracanes que asolan prácticamente todos los años la costa atlántica estadounidense. Un estudio de científicos de la Universidad de Stanford y de la Universidad de Delaware aseguran que muchas ciudades no serían devastadas por el océano y los fuertes vientos si colocaran decenas de miles de turbinas eólicas frente a sus costas.
Parece increíble, pero los científicos se basan en que las turbinas, con un diámetro del entorno de los 100 metros, chuparían la energía de las tormentas. Pero lo mejor de todo, es que gracias a los fuertes vientos de los huracanes producirían tanta energía que cubrirían sus costes en poco tiempo.
La idea es que si se le quita la suficiente velocidad del viento y se reduce la altura de las olas, se consigue romper el ciclo de retroalimentación que hace que los huracanes vayan in crescendo y sean cada vez más poderosos.
El estudio dice que no todas las turbinas serían válidas. Tendrían que ser las de última generación. Con palas de 120 metros de diámetro y colocadas a 100 metros de altura sobre el mar, se podría recortar la fuerza del viento a la mitad. Concretamente, los científicos aseguran que por ejemplo en el huracán Katrina que inundó la ciudad de Nueva Orleans, dejándola totalmente asolada tras su paso, se hubiese evitado con la instalación en aguas del Golfo de México de unos 78.000 molinos eólicos offshore. Los datos son sorprendentes: el fuerte oleaje se hubiese reducido en un 71% mientras que la velocidad del viento habría caído un 57%. (Ver gráfico).

Pero claro, todo tiene sus puntos en contra, y en este caso, como en muchos, es el dinero. Para que hubiese resultados efectivos habría que instalar unas 181.000 turbinas de cinco megavatios a lo largo de la costa de Estados Unidos. Eso significa una inversión de 2,7 billones españoles de dólares. Unos 77.000 millones de dólares de inversión al año durante 35 años. Ahí es nada. Pero también tiene sus ventajas: todos esos molinos producirían el 20% de toda la electricidad que se consume en el gigante norteamericano.
Los detractores del estudio aseguran que es inviable. “No se puede conseguir una financiación para un proyecto de esta inmensidad”, asegura Mike Lorusso, director gerente de CIT Group, un proveedor energético con sede en la ciudad de Nueva York.
Sin embargo, uno de los científicos y padres del estudio, Mark Z. Jacobson, afirma que la instalación de los molinos offshore sería la mejor solución económicamente hablando. “La alternativa son los diques, que podrían costar unos 30.000 millones de dólares para una sola ciudad”, dice el profesor Jacobson al diario Wall Street Journal. “Pero los diques no reducen las mareas, ni reducen la velocidad del viento, y ellos no se pagan por sí mismos”, como sucede con las turbinas eólicas marinas.
De momento es un estudio, y quien sabe si en un futuro, la solución a los huracanes se demuestra con molinos eólicos marinos. De momento, en EEUU no hay eólica offshore. Ya están trabajando en ello, y los proyectos son muy grandes. Pero para verlo tendrán que pasar muchos años.