La Administración Biden ha anunciado la cantidad de biocombustible que debe mezclarse en los combustibles de carretera de EEUU para los próximos tres años y las cuotas para el diesel renovable no logran mantener el ritmo de crecimiento de la oferta.
El gasóleo renovable es uno de los biocarburantes de mayor crecimiento. Sin embargo, los objetivos para este combustible se fijaron muy por debajo de la capacidad prevista para 2025. El exceso de oferta presionará a la baja los incentivos a los biocarburantes y obligará a los productores a buscar nuevos mercados, cancelar proyectos o fabricar nuevos productos.
Las normas finales fijan la obligación total de volumen renovable (RVO) en 22.330 millones de galones en 2025 (casi 84.500 millones de litros). Los biocombustibles avanzados, categoría en la que se incluye el gasóleo renovable, representarán 7.330 millones de galones (cerca de 28.000 millones de litros) de ese total. Los mandatos forman parte del programa Renewable Fuels Standard (RFS), que proporciona miles de millones de dólares en incentivos a los productores de biocombustibles.
Basándose en la oferta existente de biocombustibles avanzados, BNEF prevé que se necesitarán entre 1.500 y 2.300 millones de galones de gasóleo renovable (5.670-8.694 millones de litros) para cumplir la RVO de 2023 a 2025. Mientras tanto, la oferta alcanzará los 5.000 millones de galones en 2025, más del doble de la cantidad necesaria.
Los incentivos a los biocarburantes, conocidos como números de identificación renovable (RIN), son créditos negociables que se utilizan para controlar el cumplimiento del RFS y se han convertido en un mecanismo de equilibrio para los márgenes de los combustibles renovables. Si se tienen en cuenta con los precios al contado de las materias primas y otros incentivos gubernamentales, los RIN suponen hasta ahora el 36% de los beneficios del diésel renovable vendido en California en 2023.
Opinión de BNEF
El nuevo RVO fijado por la Administración Biden reducirá el apoyo nacional a la mezcla de biocarburantes. Aunque los nuevos incentivos políticos estatales pueden proporcionar algunas fuentes alternativas de ingresos, el descenso de los precios de los incentivos federales reducirá los márgenes de los productores estadounidenses de combustibles renovables, como Diamond Green Diesel, Phillips 66 y World Energy, una tendencia que no hará sino exacerbarse a medida que se ponga en marcha más capacidad.
Algunos de los proyectos más costosos tendrán dificultades para rentabilizarse, lo que probablemente se traducirá en un número creciente de retrasos y cancelaciones. Los productores con capacidad para aumentar su producción de productos distintos de los combustibles de carretera podrían aprovechar las nuevas industrias que buscan descarbonizarse, lo que podría acelerar la tendencia de los proyectos a desviar su atención -y su producción- hacia productos como el combustible de aviación sostenible.
galan
08/07/2023