El lector habrá escuchado muchas veces frases como “los tejados primero”, “la fotovoltaica solo en los tejados” o similares, frases habituales en determinados ambientes y sensibilidades, y que provocan que otros se echen las manos a la cabeza y las tilden de barbaridad. Supongo que el ciudadano medio se siente perdido ante estas versiones tan contradictorias y me gustaría poder arrojar algo de luz sobre este asunto.
En el debate político y energético español se habla mucho sobre autoconsumo, fotovoltaica en tejado y democratización de la energía, pero generalmente se suelen confundir y mezclar conceptos, y eso incide en la simplificación de los mensajes, la interpretación errónea de los datos y las estadísticas y, finalmente, en la creación de clichés que no ayudan en nada a la imperiosa necesidad de hacer una transición energética rápida.
Para empezar, conviene aclarar los conceptos. El autoconsumo es, como su propio nombre indica, la instalación de una estructura de generación, generalmente fotovoltaica, con el objetivo principal de abastecer a un consumidor asociado, aunque también puede generar excedentes y vender a red. El autoconsumo suele estar en los tejados y azoteas de los consumidores, pero también puede estar en suelo. De hecho, hay grandes plantas fotovoltaicas que tienen conexión física con clientes industriales y técnicamente son autoconsumo, aunque para quien las ve son indistinguibles de una planta de generación estándar.
Por tanto, autoconsumo no es equivalente a fotovoltaica en tejado. E igual que hay plantas de autoconsumo en suelo hay plantas de generación en tejado. En España parte de las plantas acogidas al antiguo Régimen Especial están en tejado y no autoconsumen, lo vierten todo a la red. En otros países hay también muchas plantas generadoras en tejado que vierten a la red a cambio de un precio de compra, subvencionado o no. Hoy día, en España prácticamente todo lo que se instala en tejado es para autoconsumo, pero ni ha sido así en el pasado ni tiene por qué ser así en el futuro, al final depende de la regulación existente.
Con el concepto “democratización de la energía” y su asociación directa con el autoconsumo y la fotovoltaica en tejado también hay que tener cuidado. Hoy día parte del autoconsumo se instala siendo el sistema de generación propiedad de una compañía energética, que después vende esa energía al consumidor asociado. También hay autoconsumos propiedad de consumidores que son grandes multinacionales. Y, por el otro lado, tenemos plantas de generación en suelo que son proyectos colectivos o parte de Comunidades Energéticas. Por tanto, esas equivalencias de autoconsumo=tejados=democratización y plantas de generación=suelo=multinacionales no se corresponden con la realidad y no son más que dicotomías simples y equivocadas que ocultan la enorme complejidad del mundo del autoconsumo y de la energía solar fotovoltaica en general.
Aclarar estos conceptos es importante antes de entrar en el debate sobre las verdaderas posibilidades del autoconsumo y la fotovoltaica en tejado en el futuro próximo. Como ya hemos dicho, existe cierta línea de pensamiento que pretende que la transición energética se haga solo con fotovoltaica sobre tejado, basada en la noble voluntad de evitar ocupación del territorio. Lamentablemente este es un pensamiento mágico que no se corresponde con las posibilidades reales de esta tipología de energía solar. Para empezar, no debemos perder nunca de vista que la generación solar es estacional, genera mucho más en primavera y verano que en otoño e invierno, y por tanto basar todo el sistema energético en una fuente como esta implicaría bien una sobredimensión absurda del parque generador que provocaría despilfarros masivos de energía la mitad del año, o bien un sobredimensionamiento del almacenamiento igual de absurdo.
Estacionalidad inversa
Nos guste o no, la energía solar debe ser complementada con una fuente de energía de estacionalidad inversa. Afortunadamente, esta fuente existe y es la energía eólica. Pero la eólica, a diferencia de la fotovoltaica, no está tan bien adaptada a sistemas a pequeña escala y en tejado. Tenemos sistemas mini-eólicos, pero no son ni tan competitivos ni tan versátiles como la fotovoltaica. La energía eólica es competitiva y eficiente cuando se obtiene con grandes aerogeneradores que se alzan decenas o centenares de metros sobre el suelo sin obstáculos alrededor y tienen amplias áreas de barrido. Por tanto, no vamos a poder evitar los grandes aerogeneradores y la ocupación de territorio (o, en un futuro cercano, del mar).
Por otro lado, las posibilidades de la instalación de fotovoltaica sobre tejado son limitadas. El mejor estudio de potencial fotovoltaico que conozco es un estudio europeo publicado en 2019 que calculaba los potenciales sobre tejado de todos los países de la Unión, y que ofrecía una capacidad de generación fotovoltaica en tejado para España de 65 TWh. Esto es mucha energía y representa alrededor del 25% del consumo eléctrico español actual, pero en un proceso de electrificación como el que encaramos este porcentaje se reduciría mucho y difícilmente alcanzará mucho más del 10% de nuestras necesidades. Recordemos que España consume actualmente más de 1.000 TWh de energía final.
Sé que hay muchos estudios que valoran capacidades muy superiores a este, pero generalmente están analizando potenciales brutos o técnicos, no económicos o reales. El potencial técnico de instalación de fotovoltaica en tejado daría una cifra muy superior a la cifra del estudio anterior, pero implicaría llenar de paneles cualquier superficie con potencial para la generación solar. Por ejemplo, habría que ocupar la superficie de las terrazas de los áticos, los solárium de las piscinas o llenar de paneles bienes de interés cultural protegidos. Eso, por supuesto, es inviable y no es realista estimar que ese potencial puede ser desarrollado. El potencial de desarrollo realista es tan solo una fracción del potencial técnico.
El autoconsumo tiene, además, limitaciones reales que quienes hemos trabajado en él conocemos perfectamente. Los autoconsumidores instalan solo la cantidad de paneles que consideran adecuados en función de su consumo y dejan vacío el resto de su tejado, siendo ya muy difícil de utilizar. En muchas ocasiones, los propietarios no quieren utilizar superficies aptas y adecuadas por las más variadas razones. El alquiler también supone un freno obvio para que los consumidores instalen sistemas de autoconsumo en bienes que no son suyos. Y podría seguir con una amplia lista de limitaciones reales, hasta llegar a la propia falta de profesionales o productos que ejerce como cuello de botella del proceso.
Suelo y tejado
Es por eso por lo que el propio IDAE estima un potencial de autoconsumo entre 9 y 14 GW para 2030, porque las limitaciones legales, regulatorias, patrimoniales, sociales, de uso, de profesionales, etc, existen. Y muchas de ellas podemos, es más, debemos intentar superarlas, con procedimientos más ágiles y sencillos para todas aquellas instalaciones de más de 100 kW, ampliando la distancia para acceder a un autoconsumo colectivo, con mayor flexibilidad para los excedentes o buscando soluciones de generación en tejado que no vengan limitadas por los consumos asociados, y eso nos permitirá romper los límites máximos, pero solo hasta cierto punto. De hecho, mi percepción personal es que superaremos esos 14 GW de autoconsumo en 2030, pero sin llegar de ninguna manera a cifras enormes de 20 o 30 GW que he llegado a leer por ahí.
En el mundo, en todos los países, hay fotovoltaica en tejado y fotovoltaica en suelo. En todos. Hay países con un porcentaje alto en tejados, como Alemania u Holanda, otros con un porcentaje muy mayoritario en suelo, como los EEUU o Chile, pero siempre hay plantas en suelo. Hasta 2019 la proporción mundial era alrededor de 1/3 en tejado y 2/3 sobre suelo. Probablemente, ante la necesidad de gran expansión de la energía solar fotovoltaica el porcentaje en suelo aumentará, pero al final son dos tipologías que son necesarias ambas y que van a convivir. Y debemos ser realistas: Con la enorme necesidad de implantación de energía solar que tenemos, va a ser muy complicado que más de 1/3 pueda ir sobre tejado.
La democratización de la energía, además, no está (solo) en los tejados, está fundamentalmente en conseguir que plantas de varios MW puedan ser proyectos colectivos, cooperativos y participados. Ahí es donde se establecería una cuña importante de un porcentaje del parque generador en manos ciudadanas, que convivirá en un ecosistema amplio con proyectos de empresas pequeñas, medianas y grandes, cada uno con sus particularidades y virtudes.
En definitiva, aquellas proclamas sobre que la energía solar solo debe ir en tejado no son realistas. Podremos generar 65 TWh o, con mejoras tecnológicas y otras cuestiones, quizá aumentar esa cifra, pero siempre representará un porcentaje menor de lo que necesitamos. Plantear que hay que llenar los tejados antes de construir plantas en tierra también es insensato, tardaríamos décadas en poder hacerlo y habríamos perdido el tiempo que tenemos para realizar la transición energética. Nuestras necesidades climáticas, y ahora también económicas y geopolíticas, nos exigen hacerlo todo a la vez. No perdamos nunca de vista que corremos contra el tiempo.
Pedro Fresco es Director general de Transición Ecológica en la Generalitat Valenciana
Jeremías
04/07/2022