El próximo sábado por la noche retrasaremos el reloj y podremos dormir una hora más. O sea: a las tres de la madrugada del domingo serán las dos. ¿La finalidad? Supuestamente, ahorrar energía. Sin embargo, volver al horario de invierno podría no resultar tan beneficioso como se pensaba para el bolsillo del consumidor ni tampoco para su salud. Y es que según los datos que maneja el comparador Acierto.com, este ahorro no solo no resulta significativo, sino que la productividad se reduce notablemente las dos semanas posteriores al cambio horario.
Lo que dicen los últimos datos es que en nuestro país el ahorro se mueve entre el 0,1% y el 0,5%; mientras que en otros países con menos horas de sol podría notarse algo más. Eso sí, el tope de ahorro podría ser de un 5% si lleváramos a cabo un consumo responsable y tomásemos medidas específicas. Este ahorro afectaría principalmente a la industria. Por otra parte, cabe tener en cuenta que, si bien amanece más temprano y se ahorra por la mañana, se gasta también más durante la tarde, pues que anochezca más pronto nos obliga a consumir más durante este momento de la jornada.
También hay posiciones favorables a mantener la alternancia de la hora, como la que defiende el IDAE, para el cual sólo en iluminación en España se ahorra un 5% del consumo eléctrico -unos 300 millones de euros- al disponer los ciudadanos de más luz en las horas de la tarde, sobre todo las provincias del oeste del país.
Pero en los últimos años ha ido creciendo un movimiento ciudadano que cuestiona la idoneidad de mantener una disposición cuyo ahorro real podía ser de sólo 6 euros al año en la factura energética por hogar, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
“El cambio de hora tenía una justificación en los años 70 a partir de la llamada crisis del petróleo, pero no en el año 2018”, ha asegurado a Efe el presidente de la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles (Arhoe), José Luis Casero.
Casero aplaude la propuesta de eliminación planteada por las autoridades de Bruselas porque “con los nuevos modelos de organización del trabajo, de las familias y el uso de lámparas de bajo consumo”, el ahorro energético que se produce es “marginal”.
El pasado 12 de septiembre, la Comisión Europea publicó una propuesta de Directiva con el propósito de eliminar las disposiciones relativas al cambio horario de verano en toda Europa, argumentando la necesidad de mantener un único horario que armonice la actividad en toda la Unión, y preservando el derecho de los Estados miembros a decidir sobre si aplican el horario de verano o de invierno.
Esta propuesta de Directiva marca como fecha para realizar el último cambio a horario de verano y mantenerlo en el tiempo el 1 abril de 2019. O bien el 27 de octubre del mismo año, si los Estados miembros deciden quedarse en horario de invierno. No obstante, para mantener el horario de invierno se exigirá, además, una notificación antes del 27 de abril de 2019.
En España se ha creado un Comité de Expertos, liderado por la Secretaría de Estado de Igualdad, del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, en el que están representados distintos ministerios y colectivos sociales, para analizar los factores a favor y en contra del cambio horario y el impacto que tendría la decisión de adoptar de forma permanente el horario de invierno o de verano.
Los resultados de este análisis serán tenidos en cuenta por el Gobierno para tomar la decisión sobre el huso horario que España deberá adoptar de forma permanente en el año 2019, para el que se tratará de buscar el consenso de todos los grupos parlamentarios.
España, geográficamente, está ubicada en el huso UTC/GMT+1, en coincidencia con la mayor parte de Europa, a excepción de Reino Unido, Irlanda y Portugal, que se mantienen en el UTC/GMT+0. Esta adscripción de huso es la que marca desde 1940 la “hora oficial” española, adelantada en 60 minutos a la “hora universal”.
En la latitud de nuestro país las horas de luz son las mismas, +-10 en invierno y +-14 en verano, pero no amanece o anochece a la misma hora en el este que en el oeste, pudiendo haber más de una hora de diferencia de un extremo al otro. Vigo, por ejemplo, es la ciudad europea en la que más tarde anochece.
2 comentarios
El horario de invierno es lo mismo que la disparidad de tarifas, transferir gasto de las empresas a los hogares.