Madrid respira estas navidades un aire más sucio de lo normal. Desde que comenzaron las fiestas con la celebración de la Nochebuena, el Ayuntamiento se ha visto obligado a activar prácticamente todos los días el escenario 1 y 2 del protocolo de medidas anticontaminación.
En la madrugada del 24 al 25 de diciembre el Consistorio activó el Escenario 1, con lo que se limitó durante el día de Navidad la velocidad a 70 km/h en la M-30 y accesos. Además, también se limitaba a esa velocidad en las vías de acceso en el interior de la M-40 en ambos sentidos. En una nota enviada a las 00.50 horas de la madrugada, el Gobierno municipal anunciaba la activación de este primer escenario para luchar contra la contaminación, al haberse superado los niveles de preaviso en la zona 1 (interior de la M-30) de la ciudad.
La previsión meteorológica desfavorable obligó a mantener activo ese escenario para los siguientes días, miércoles 26 y jueves 27. Y el viernes 28 se tuvo que aplicar el Escenario 2 al aumentar los niveles de polución.
El Escenario 2 contempla -además de la reducción de la velocidad en los accesos- la prohibición de la circulación de los vehículos que no tengan el distintivo de la DGT en la propia M-30 y dentro de esta vía y la prohibición del estacionamiento en las plazas y horario del Servicio de Estacionamiento (SER) a los vehículos a motor que no tengan la etiqueta "0 emisiones" o "eco", es decir, a los que no sean eléctricos o híbridos.
Sin embargo, en esta ocasión, el Consistorio decidió, como excepción permitir la circulación de todos los vehículos para facilitar los desplazamientos navideños. Estas excepciones están incluidas en el Punto 6 de la normativa donde dice que "si por circunstancias debidamente justificadas, la aplicación de las medidas pudiera producir efectos contrarios a los objetivos perseguidos por el presente Protocolo, por cuestiones tales como congestión del tráfico, por operaciones especiales de entrada o salida por período vacacional o de días festivos o fin de semana, etc., o bien por razones de seguridad y orden público, el Grupo Operativo podrá proponer suspender temporalmente o posponer la aplicación de alguna o varias de las medidas, hasta que cesen dichas circunstancias excepcionales".
"El protocolo se activa teniendo en cuenta dos factores, la concentración de NO2 y la previsión del tiempo, y lo que ha ocurrido estos días tiene que ver más con la meteorología", explican fuentes del Consistorio madrileño a este diario, "y durante la semana pasada y esta misma, son días de mucha estabilidad en donde apenas hay ventilación (no corre el aire), y por supuesto, no hay previsión de lluvias a corto plazo, por lo que es muy difícil que bajen los niveles de contaminación en la atmósfera".
Pese a que durante las fechas navideñas baja el nivel de tráfico rodado por la ciudad, porque no hay colegios y muchos madrileños disfrutan de vacaciones, "como hay muy poca ventilación y las condiciones atmosféricas son desfavorables, hacen que se queden pegados los contaminantes al aire de la ciudad", añaden las mismas fuentes, "y los medidores saltan sobre todo por la noche, que es cuando baja la temperatura, se enfría el aire y baja la contaminación. En concreto, el día de Nochebuena, sobre las 9 de la noche se superaron los 180 mg/m3 de dióxido de nitrógeno (NO2) en algunas estaciones de la ciudad".
Tras desactivarlo el sábado 29, el Ayuntamiento de Madrid volvió a activarlo el martes 1 de enero y se prevé que se mantenga en lo que queda de semana. "La previsión del tiempo es muy mala, en lo que se refiere a las consecuencias del anticiclón para la calidad del aire de la ciudad", concluyen las fuentes, "por lo que se prevé que se mantenga el protocolo durante varios días de esta semana".
Las fechas navideñas han sido la tercera vez que se ha activado el protocolo por alta contaminación durante el mes de diciembre, mientras que durante el resto de 2018 sólo se había aplicado una vez. Además, el pasado 12 de diciembre se aplicó, por primera vez, la limitación de circular a vehículos que no tuvieran etiqueta ambiental de la DGT.
Sin embargo, la buena noticia es que 2018 ha conseguido convertirse en el año con el aire "menos insalubre" de los últimos cuatro años al disminuir los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), mientras que el ozono (O3) troposférico, el otro contaminante que supone un problema de salud para la capital y su zona metropolitana, registró valores similares a los de 2017 tanto en Madrid como en el resto de la región. Pero no es suficiente. De hecho, Madrid ha vuelto a incumplir los límites legales que ha fijado la UE de emisiones del NO2, y ya son nueve años consecutivos, según denuncia la organización ambientalista Ecologistas en Acción.
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