En 2023, el mercado europeo de la electricidad se estabilizó gracias a un invierno más suave y a la reducción de la demanda, mientras que los acontecimientos geopolíticos y la reestructuración del suministro de gas influyeron en la dinámica, dice Matthew Campbell, analista sénior de investigación de European Power Markets en Wood Mackenzie.
En su opinión, la disminución de la demanda de energía, la caída de los precios de las materias primas y el aumento de las energías renovables contribuyeron a un mercado más resistente, aunque persistieron los desafíos con precios de la energía bajos y negativos durante períodos climáticos anormales.
El informe "European Power: 2023 in Review", explora las principales tendencias, acontecimientos y dinámicas del mercado de la energía en Europa durante los últimos 12 meses. Según los analistas de Woodmac, el mercado europeo de la electricidad se encontraba en una situación precaria al entrar en 2023 y, al final, fue la buena suerte -evitar un invierno crudo- la que frenó la escalada de precios de 2022. Además, el éxito de la aplicación de las medidas de reducción de la demanda y la creciente solidez de la oferta condujeron a una cierta estabilidad, y el diálogo político volvió a centrarse en el largo plazo.
“Aunque los principales acontecimientos geopolíticos siguieron proyectando su sombra -la guerra de Ucrania y, más recientemente, el conflicto entre Israel y Hamás-, la reestructuración de los acuerdos europeos de suministro de gas ha añadido al menos un barniz de aislamiento frente a los perturbadores externos”, añade Campbell.
Caída de precios
La tendencia a la baja de los precios de las materias primas -el precio del gas TTF cayó un 43% entre enero y diciembre- restó mucha fuerza a los precios mayoristas de la electricidad, disminuyendo la acción y la exigencia de topes de ingresos y otras medidas redistributivas. Sin embargo, a pesar de los inventarios récord de gas almacenado a finales de año, los precios del gas seguían siendo considerablemente más altos que los niveles anteriores a la crisis al entrar en el invierno actual.
Como puede verse en el gráfico siguiente, la demanda de electricidad cayó un 3% en 2023, lo que refleja en parte el éxito de las estrategias nacionales de reducción de la carga, pero también se debe a la respuesta de la demanda a unos precios minoristas que siguen siendo elevados. Es probable que el sector industrial tarde más que otros en recuperarse de estas pérdidas, y muchos proyectos de nueva demanda se retrasarán hasta que bajen los precios. Alemania experimentó una reducción interanual de la demanda del 5%, el mayor descenso de todos los grandes mercados.
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