Mitsubishi Motors valora su adhesión a la fusión entre Honda y Nissan tras asegurar en un comunicado en Japón que han firmado las tres compañías un memorando de entendimiento para poner en marcha la operación que podría dar lugar al tercer fabricante de vehículos del mundo por volumen de ventas únicamente.
En una notificación independiente, Mitsubishi ha advertido que, por su parte, tienen la intención de tomar una decisión definitiva sobre su papel en el nuevo holding automovilístico a finales de enero de 2025.
"Podemos apoyar sus negocios globales aprovechando nuestras fortalezas, incluido el negocio en Asia Pacífico y las camionetas compactas", ha asegurado el presidente y director ejecutivo de Mitsubishi Motors, Takao Kato.
Sin embargo, Mitsubishi, participada en un 24,5% por Nissan, no ha aclarado el reparto de las acciones de la nueva sociedad entre las compañías que integrarán la alianza, aunque se especifica que Honda será la que nombre a la "mayoría de directivos" del futuro grupo que prevén sacar a Bolsa a lo largo del verano de 2026 una vez se dé por concluida la operación un año antes y se excluyan de negociación los títulos cotizados de las tres empresas firmantes de manera independiente en el mercado de capitales tokiota.
Con unas ventas combinadas de 30 billones de yenes (unos 183.380 millones de euros) y un beneficio operativo superior a los 3 billones de yenes (18.380 millones de euros) tras la unión, las empresas dicen poner en marcha esta operación en un momento de cambio de paradigma para el sector de la automoción con la irrupción de marcas chinas en el tablero de juego mundial y la desaceleración de ventas ante la transformación tecnológica de los vehículos.
Honda, Nissan y Mitsubishi
En este sentido, Honda, Nissan y Mitsubishi consideran que gracias a esta fusión existen siete "sinergias potenciales" que se podrían obtener, entre ellas, la combinación de funciones de investigación y desarrollo y las economías de escala que pueden derivarse de la estandarización de las plataformas de vehículos. Además, la unión mejorará potencialmente las ventajas competitivas de su cadena de suministro y su eficiencia operativa.
De llegar a buen término, la integración de las marcas japonesas marcaría la mayor reestructuración en la industria de la automoción a nivel global desde que Fiat Chrysler Automobiles y PSA se fusionaron en 2021, dando lugar a Stellantis, en un acuerdo valorado por aquel entonces en más de 52.000 millones de dólares (49.913 millones de euros).
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