El ministro de Energía, Álvaro Nadal, tiene un problema. Y ese problema se llama Congreso de los Diputados. El Partido Popular no anda por sus mejores momentos en cuanto a encuestas. No consigue sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para 2018. Y ahora, el PP pretende sacar adelante la reforma energética de Álvaro Nadal a través de proposiciones de ley con una mayoría parlamentaria.
Este lunes Nadal anunció que el cierre de centrales ya no se realizará a través de un Real Decreto, sino que se hará a través de una Proposición de Ley. Este cambio ya lo adelantó este diario hace semanas. La cuestión no es otra que el cierre de centrales ya está regulado en la Ley del Sector Eléctrico, y el Gobierno solo puede introducir los cambios a través de una modificación de esa Ley.
Pero Nadal lo tiene complicado, por no decir, imposible. Sus amigos dentro del Congreso los cuenta con los dedos de una mano. Mantener abiertas las centrales nucleares y las de carbón no será tan fácil como pudiera parecer. Su único argumento es que el precio de la electricidad subirá a todos los consumidores si se cierran las plantas.
Los partidos de la oposición prefieren esconder sus cartas y esperar a conocer la proposición de ley. Aunque El Periódico de la Energía está capacitado para asegurar que la proposición será igual que el texto del Real Decreto que presentó el Gobierno a la CNMC.
Aun así, y sin que los partidos de la oposición se mojen al respecto, se podría decir que muy pocos apoyarían una medida de este calado. Vayamos por partes.
El PSOE ha dicho por activa y por pasiva que no quiere mantener abiertas las centrales nucleares más allá de los 40 años de vida útil. Una medida que también quieren en las filas de Unidos Podemos. Este mismo lunes, la formación dirigida por Pablo Iglesias ha presentado una propuesta al Congreso para cerrar las nucleares en 2024.
En este aspecto, Ciudadanos es la única formación que no se ha mojado del todo y podría dar cierto apoyo a mantener abiertas las nucleares, aunque no se puede cerrar la puerta a que quieran también no ampliar su vida útil hasta los 50 ó 60 años.
Otros partidos como los catalanes (ERC/PdCAT) o el PNV se han posicionado contrarios a la nuclear.
En cuanto al carbón, el Gobierno no conseguiría suficientes apoyos. Aunque podría tener un hilo de esperanza dentro del PSOE y Unidos Podemos. Las tesis verdes dentro de ambas formaciones, en el seno de las mismas, van ganando la batalla, pero en los dos partidos hay gente que apoya mantener abiertas las centrales térmicas de carbón.
Por ejemplo, en el PSOE los gobiernos autonómicos de Aragón y Asturias están a favor de mantener el carbón y las centrales. Sin embargo, desde la dirección del partido abogan más por una reconversión de las cuencas mineras y el cierre de las plantas. Habrá lucha interna de poderes.
Y en el caso de Unidos Podemos, tanto Izquierda Unida como algunos diputados de Podemos quieren mantener su apoyo al carbón. Aunque desde la dirección del partido las tesis más verdes parecen haberse instaurado y se apostaría por un cierre de las centrales de carbón sin abandonar a los mineros.
Y Ciudadanos, en este caso, sí apostaría por cerrar las centrales térmicas. No ha habido un apoyo claro al mismo. El resto de partidos casi ni les va ni les viene. Les afecta el efecto precio de la energía a sus industrias. Tanto Cataluña como País Vasco no son regiones mineras. Donde sí encontraría apoyo el Gobierno es en parte del Grupo Mixto, en Foro Asturias.
Teniendo en cuenta que la modificación de la Ley para controlar el cierre de centrales no separa tecnologías sino que van todas las centrales del mix eléctrico en el mismo paquete, se ve complicado que Nadal pueda obtener los apoyos suficientes para sacar adelante la medida.
Pero en política se ha visto de todo. Y no sería la primera vez.
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