Naturgy, a través de su distribuidora de gas Nedgia, ha suscrito ya un total de 45 contratos de conexión a plantas de biometano para la inyección de gas renovable en su red de distribución de gas.
En concreto, la energética estimó que la capacidad de inyección vinculada a estas solicitudes asciende a 2.400 gigavatios hora (GWh) al año, equivalentes al consumo de gas de cerca de medio millón de hogares en España.
Por comunidades autónomas, Castilla y León suma el mayor número de contratos suscritos, con un total de 13; seguida de Castilla-La Mancha, con 10; Cataluña, con ocho; Galicia, con cinco; Andalucía, con cuatro; Navarra, con tres; y la Comunidad Valenciana, con dos.
De esta manera, el 70% del volumen de inyección de biometano de estas solicitudes se concentra en Castilla y León (630 GWh/año), Castilla-La Mancha (586 GWh/año) y Cataluña (449 GWh/año).
La regulación para Naturgy
El consejero delegado de Nedgia, Raúl Suárez, destacó que esta cartera de proyectos firmada ya por la filial de la energética con distintos promotores ilustra "el gran interés que hay en el mercado por el desarrollo de instalaciones de producción de gas renovable".
Por ello, consideró que para que estos y muchos otros proyectos se lleven a cabo, son "más necesarias que nunca medidas regulatorias que ofrezcan una mayor certidumbre a la inversión, similares a las que existen en otros países del entorno europeo".
La red de gas juega un papel estratégico en el despliegue de los gases renovables y Nedgia cuenta actualmente con siete instalaciones de generación de biometano conectadas a su red, con una capacidad de inyección conjunta de 200 GWh/año.
Las instalaciones de biometano
Además de las plantas que ya están operando e inyectando gas renovable en la red de distribución, hay 14 instalaciones más en fase de construcción o tramitación administrativa muy avanzada con una capacidad de inyección de 741 GWh/año que se conectarán a la red de Nedgia próximamente.
El biometano quiere jugar un papel importante en la transición energética, ya que al tener cualidades similares a las del gas natural puede distribuirse a través de la infraestructura gasista existente sin acometer grandes inversiones y emplearse en industrias, comercios y en hogares, ya que su uso es compatible con las calderas domésticas. Además, este gas renovable contribuye al impulso de los entornos rurales y de la economía circular.
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