Movilidad

¿Por qué Noruega se ha convertido en el paraíso del coche eléctrico?

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El caso de Noruega es digno de estudio. Un país petrolífero con unas reservas de 8.122 millones de barriles (datos actualizados según thegolbaleconomy.com) es el que más vehículos eléctricos matricula en la actualidad dentro del Viejo Continente. Basta un dato comparativo para entenderlo: mientras que en España aplaudimos por el simple hecho de que en 2021 se han vendido 27.769 coches eléctricos, representando un 2,68% del mercado, en el país escandinavo solo el Tesla Model 3 ha conseguido vender 12.058 unidades, prácticamente la mitad de nuestro mercado ¡total!, y cuatro veces más de lo que ha registrado en España (donde ha matriculado 2.853 unidades).

No obstante, ahí no para el asunto pues de los 10 coches más vendidos en dicho país, ocho han correspondido con vehículos 100% cero emisiones. Solo dos, el Toyota RAV4 (segundo en la lista) y el Volvo XC40 aunque en este último se suman todas las versiones, incluidas las de combustión pese a que también tiene disponibles dos phev y una 100% eléctrica. Datos que no hacen sino afianzar el objetivo del país nórdico: ser el primero en abandonar los combustibles fósiles para su parque móvil. Hito que pretende conseguir para el 2025 dado que las previsiones apuntan a que para este 2022 ya el 80% del parque sea completamente cero emisiones. No en vano, cinco de los 8 modelos eléctricos más vendidos no estaban disponibles en 2020.

Sin impuestos, todo es más fácil

coches eléctricos

¿Cómo es posible esta situación? ¿Por qué se ha dado este boom eléctrico en un país de 5,4 millones de habitantes con esas reservas de petróleo? ¿Cómo han conseguido tener una porción eléctrica infinitamente mayor al de otros países? Muy sencillo, gracias a la exención de impuestos. Lo primero que has de tener claro es que los coches eléctricos nuevos no tienen que pagar el IVA, que allí es del 25%. A ello se suma, o mejor dicho se resta, el impuesto de matriculación que puede llegar a ser de entre el 15 y 25% por lo que adquirir un coche eléctrico ya implica estar ahorrándote más del 40% respecto a su homólogo de combustión.

La cuenta sigue porque los coches eléctricos no tienen que pagar impuestos especiales sobre el combustible y no contentos con ello los propietarios de este tipo de coches también se benefician de otras ventajas como el no pagar en carreteras de peajes, la posibilidad de usar carriles especiales disuasorios o pagar a mitad en las zonas de aparcamiento (en algunas ciudades son incluso gratis), aunque estas dos últimas medidas parece que podrían cambiar dado el auge de este tipo de movilidad.

La guinda la pone una renta per cápita superior a los 59.000 euros (la de España no llega a los 24.000 euros) en combinación con un coste de la electricidad irrisorio, de 13 céntimos el kWh en los hogares y 8 céntimos en los negocios, cuando la media mundial es de 12 y 11 céntimos, respectivamente, mientras que el litro de la gasolina se sitúa en 1,91 €. Algo parecido ocurre en España aunque con la diferencia de que en el país nórdico existen cerca de 16.000 cargadores, frente a las 12.000 que hay repartidos por nuestro país con una superficie mayor. De hecho, el gobierno escandinavo ya ha establecido una red de recarga con puntos de carga rápida cada 50 kilómetros en las principales autovías.

cargadores Tesla Noruega

En definitiva, si hay un país que parece estar ya preparado para asumir el cambio eléctrico ese es Noruega. Para cuando la mayoría de fabricantes de automóviles comiencen a dejar de lado los combustibles fósiles, hecho que en algunos ocurrirá a partir de 2030, en Noruega llevarán ya cinco años sin emitir una partícula contaminante al aire… al menos en lo que a coches nuevos se refiere, y es que según un informe del FMI la mayoría de los hogares que ya tenían un coche eléctrico también poseían automóviles de combustión. En 2018, poco más de un tercio de los hogares tenía coches exclusivamente eléctricos, mientras que el 46 y el 17% restantes tenía uno o dos coches de combustión adicionales. Por eso, aunque la transición parece haberse acelerado, todavía hay una parte residual que sigue confiando en lo vehículos de combustión aunque acabarán siendo minoría y llegarán a extinguirse… los coches, no las personas.

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