El gigante sudamericano tiene tres atractivos clave para los fabricantes de automóviles chinos. El primero es el enorme crecimiento de las ventas de vehículos eléctricos. A pesar de encontrarse en una fase temprana de la electrificación del transporte, Brasil ha experimentado una rápida adopción de los vehículos eléctricos de pasajeros. Las ventas alcanzaron casi 55.000 unidades en la primera mitad de 2024, o el 5,3% de todas las ventas de coches nuevos durante el semestre. Eso es más que el número de VE vendidos en 2023 en su totalidad, y 2023 ya había registrado la friolera de un 178% de tasa de crecimiento interanual.
Nueve de cada 10 vehículos eléctricos vendidos en Brasil en el primer semestre de este año fueron fabricados por empresas chinas
Las ventas alcanzaron casi 55.000 unidades en la primera mitad de 2024, o el 5,3% de todas las ventas de coches nuevos durante el semestre
En segundo lugar, está el hecho de que Brasil ha visto poca reacción política a los vehículos fabricados en China. Las tensiones comerciales con la Unión Europea y Estados Unidos y los incentivos fiscales han abierto una brecha entre estos grandes mercados y China, pero Brasil no ha establecido barreras comerciales de este tipo.
En tercer lugar, centrarse en mercados emergentes con una competencia menos consolidada y una demanda creciente ha ayudado a los fabricantes chinos de VE -especialmente BYD- a obtener una ventaja inicial. Los fabricantes de automóviles chinos representaron el 89% de los vehículos eléctricos vendidos en Brasil en el primer semestre de 2024, frente al 74% en 2023.
Sin embargo, la marea está cambiando, y muchos vehículos eléctricos fabricados por empresas chinas pronto podrían estar rodando por las cintas transportadoras de Brasil.
Estimular la fabricación local
Uno de los principales objetivos de la administración del presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha sido estimular la fabricación local de VE, y en enero de 2024, Brasil introdujo un impuesto a la importación de vehículos eléctricos de batería e híbridos enchufables -los dos tipos de VE-, independientemente del país exportador. Actualmente, el arancel de importación es del 18% para los BEV y del 20% para los PHEV, pero está previsto que aumente cada seis meses hasta alcanzar el 35% tanto para los BEV como para los PHEV en julio de 2026.
El Gobierno brasileño también ha ofrecido programas específicos para estimular la producción local. En junio, el presidente Lula promulgó la nueva política de descarbonización del transporte del país, el Programa de Movilidad Verde e Innovación (Mover), que ofrece incentivos fiscales para apoyar los vehículos de bajas emisiones, incluidos los híbridos estándar y enchufables y los vehículos totalmente eléctricos.
Así, BYD y Great Wall Motor han hecho planes para empezar a fabricar VE en Brasil, este año o el próximo. Una vez consolidados en Brasil, que ya es el octavo productor mundial de automóviles, los fabricantes chinos podrían buscar el crecimiento en toda la región. Liderado por las empresas chinas, Brasil podría convertirse en un centro de exportación de vehículos eléctricos clave para toda América Latina.
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