Los seis reactores de la planta nuclear ucraniana de Zaporiyia, la más grande de Europa cuando estaba en funcionamiento y ocupada por Rusia desde marzo de 2022, han pasado a estar en parada fría, ha confirmado el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA).
La parada fría de todos los reactores se completó con el apagado del bloque número 4 este sábado, coincidiendo con el final de la temporada de calefacción invernal en Enerhodar, donde vive la mayoría del personal de la planta.
"Celebro este paso que ha sido recomendado por el OIEA durante algún tiempo, ya que mejora la seguridad general de la instalación", declaró el director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi.
Desde octubre de 2022, al menos un reactor se mantenía en parada caliente para proporcionar calefacción a la población de Enerhodar y vapor para el tratamiento de residuos líquidos en la planta.
La situación en Zaporiyia
Sin embargo, con la reciente instalación y puesta en marcha de cuatro generadores de vapor diésel, como recomendó el OIEA, todas las unidades han pasado a parada fría, lo que mejora la seguridad de la central.
Con todo, Grossi volvió a subrayar la fragilidad de la situación, enfatizando que, aunque el estado de apagado en frío es positivo al proporcionar un margen adicional de seguridad en caso de accidente, la planta sigue afrontando grandes riesgos, como demostraron los recientes ataques con drones.
Además, este mismo sábado, expertos del OIEA en la planta informaron haber oído 16 disparos salientes de artillería en menos de media hora, lo que subraya el peligro en el que se encuentra la instalación.
Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de los ataques que ha sufrido la planta desde la pasada semana, y que han llegado a afectar a uno de los seis reactores.
Estos ataques, los primeros directos que sufre la planta desde noviembre de 2022, suponen "una escalada importante de los peligros para la seguridad nuclear en Ucrania, aumentando significativamente el riesgo de un accidente nuclear", aseguró Grossi esta semana.
El OIEA lleva meses pidiendo que se cree una zona de seguridad alrededor de Zaporiyia para evitar un accidente y denuncia regularmente la precaria situación en la planta desde la ocupación rusa.
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