Electrificar la demanda energética en España, descarbonizar los procesos industriales y ofrecer soluciones sostenibles y competitivas a empresas, comunidades y grandes consumidores. Ese es el ambicioso objetivo de ATuAire, la nueva filial de Iberdrola enfocada en la aerotermia, que busca transformar el mercado del calor y frío.
Su director general, Pablo Collado, se ha sentado a hablar con El Periódico de la Energía y lo ha hecho con contundencia: “No es un ‘si’, es un ‘cuándo’. Esto va a ocurrir”.
¿Cómo nace ATuAire y cuál es su misión?
Hace unos meses identificamos una oportunidad muy clara: el calor representa unos 400 TWh de consumo energético en España, de los cuales alrededor de 180 TWh son electrificables y están esperando a ello. Y de esos, el 75-80% se cubre hoy con combustibles fósiles. ATuAire nace para electrificar esa demanda, especialmente en procesos térmicos de hasta 90 ºC, donde la bomba de calor es una solución tecnológicamente viable y muy eficiente.
¿Qué sectores están abordando?
Hemos definido tres grandes vectores: el industrial, el terciario (hoteles, centros educativos, residencias) y el residencial colectivo. Asimismo, ofrecemos una solución integral: ingeniería, instalación, mantenimiento, energía y financiación. El cliente no paga nada por adelantado. Asumimos el 100% de la inversión, incluso en proyectos de varios millones de euros, y el cliente lo paga mediante un esquema de venta aplazada. Además, no se le contabiliza como deuda, lo que es especialmente atractivo para la industria mediana.
¿Han cerrado ya contratos reales?
Sí. En apenas unos meses ya hemos firmado más de 60 acuerdos de canal, con ingenierías como Técnicas Reunidas o Schneider, y decenas de contratos con clientes finales. Estamos trabajando con grandes grupos como Cáser Seguros —que tiene hospitales y residencias de mayores— y el Grupo Gimeno, que opera hoteles de la cadena Intelier. Estamos también en conversaciones con otros grandes actores y hemos empezado obras en varios puntos del país.
¿Qué nivel de ahorro pueden esperar los clientes?
Durante la vida útil del sistema (unos 25 años), hay dos fases: en el periodo de amortización, los ahorros suelen estar entre el 10% y el 15%. Una vez amortizado, los ahorros superan el 40% o incluso el 50%. Además, eliminamos la volatilidad de los precios del gas, algo cada vez más importante ante la inestabilidad geopolítica global.
¿Y qué papel juegan los Certificados de Ahorro Energético (CAE)?
Son clave. Nosotros como Iberdrola somos sujetos obligados, así que ATuAire actúa como intermediario y gestionamos los CAE. Eso reduce la inversión necesaria y mejora la rentabilidad para el cliente. Les decimos: “tú no pagas nada hasta que el sistema esté funcionando”. Así de simple.
¿Qué perspectivas de expansión tienen fuera de España?
De momento, el foco está aquí. El mercado español está en pañales en comparación con otros países europeos. A medio plazo, queremos electrificar al menos el 60-70% de los 70 TWh realmente atacables. Eso supone movilizar entre 10.000 y 25.000 millones de euros. Y queremos hacerlo con una cuota de mercado similar a la que Iberdrola tiene en generación o comercialización: alrededor del 30%.
Queremos consolidar el modelo y más adelante expandirlo donde Iberdrola tenga presencia en retail y generación, como Reino Unido, Alemania o Italia. Ya estamos hablando con nuestras filiales internacionales, pero aún queda.
¿Qué papel juega la aerotermia en esta transición?
Es la tecnología clave. Multiplica por cuatro la eficiencia frente a las calderas de gas y es aplicable a muchos usos: climatización, procesos industriales, residencias... Y si además se combina con autoconsumo solar, el ahorro se dispara.
¿Qué barreras existen hoy en el mercado español?
Hay un desconocimiento grande del producto, sobre todo en el residencial. También barreras regulatorias: en otros países la bomba de calor tiene IVA reducido o subvenciones mucho más agresivas. Pero estamos avanzando. El Real Decreto 7/25 reconoce la aerotermia como autoconsumo, con beneficios fiscales similares al solar. Eso es un gran paso.
Ahora hay que seguir con incentivos fiscales más directos, especialmente para comunidades. Pero lo importante es que esta transición tiene sentido económico para el cliente, y eso lo cambia todo.
Charlo
15/07/2025