El plan para que la mayor compañía eléctrica de California, Pacific Gas & Electric (PG&E), salga de la bancarrota fue aprobado este sábado por un juez federal, lo que le permite a la empresa pagar las demandas por devastadores incendios que dejaron más de 80 muertos en el estado en 2017 y 2018.
Con la aprobación del plan, el magistrado de la Corte de Bancarrotas de EE.UU. Dennis Montali despeja el camino para que PG&E pague cerca de 25.500 millones en pérdidas tras los devastadores incendios en 2017 y 2018 al norte del Estado Dorado desatados por equipos de la compañía.
"El fallo de hoy (…) es un hito crítico que nos acerca un paso más a la compensación justa y rápida de las víctimas de incendios forestales y establece el rumbo para el futuro de PG&E", dijo el CEO y presidente de PG&E Corporation, Bill Johnson, en un comunicado.
La mayor eléctrica y gasística de California enfrenta docenas de demandas de más de 80.000 personas afectadas por los incendios, que registraron millonarias perdidas, y lo llevaron a declarar la bancarrota en enero de 2019.
Tras la aprobación del plan, la compañía implementarán la financiación inmediata del Fideicomiso de Víctimas de Incendios a través del cual se determinarán, administrarán y pagarán ciertos reclamaciones de víctimas de incendios forestales y otros reclamos relacionados, dijo la compañía.
Los acuerdos de pago incluyen 13.500 millones para resolver reclamaciones de víctimas individuales y otros relacionados con el incendio Butte en 2015, los incendios forestales del norte de California en 2017, y el incendio Camp, que dejó más de 80 muertos en noviembre de 2018, la mayoría en la ciudad de Paradise que quedaron atrapados entre las llamas cuando intentaban evacuar.
El pasado 16 de junio, la compañía se declaró culpable de 84 cargos de homicidio involuntario al asumir la responsabilidad del incendio Camp.
Johnson, fue el encargado de entonar el "mea culpa" con la cabeza gacha ante la Corte Superior del condado de Butte, donde se produjo el fuego, que arrasó 62.053 hectáreas y destruyó más de 18.000 edificios, además de causar 85 muertos (uno de los cuerpos jamás fue recuperado, por lo que los cargos de homicidio son 84).
Una investigación del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California, Calfire, halló en mayo del año pasado que el origen del fuego se encontró en una línea de alta tensión eléctrica operada por PG&E.
El informe de Calfire determinó que las chispas procedentes de un cable roto perteneciente a una línea de alta tensión cercana a la población de Pulga originaron las primeras llamas y que la vegetación seca, las altas temperaturas y el fuerte viento de ese día contribuyeron a expandir el fuego a un ritmo “extremo".
El incendio descendió por la ladera de la Sierra Nevada y alcanzó en cuestión de minutos las poblaciones de Magalia, Paradise (la mayor de todas ellas y donde causó el mayor número de fallecidos) y Concow.
El fallo se da justo cuando comienza el verano, y el estado se prepara para enfrentar la temporada de incendios, que, según las autoridades forestales, se pronostica puede ser más larga e intensa que los años anteriores.
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