En un momento en el que la sostenibilidad del planeta está más en entredicho que nunca, el packaging ecológico se ha convertido en algo más que una tendencia. Investigadores y especialistas llevan años poniendo los plásticos en el punto de mira y en encuentros a nivel mundial como la COP25 se intenta llegar a acuerdos para reducir su producción y su uso.
Pero la lucha no se realiza solo a nivel institucional. Consumidores cada vez más concienciados con la necesidad de preservar el medio ambiente y no agotar los recursos naturales exigen que las empresas tomen medidas en este sentido. Así, en un momento en el que los embalajes se miran con lupa, invertir en packaging sostenible se ha convertido prioritario para muchas empresas.
Se trata de un esfuerzo mínimo que puede ofrecer grandes beneficios. Por un lado, hoy en día no resulta difícil encontrar embalajes respetuosos con el medio ambiente, desde cajas a bolsas o sobres de cartón grandes. La variedad es inmensa y se puede comprobar fácilmente en páginas de fabricantes como embaleo.es.
Y, por otro lado, ese pequeño esfuerzo por ofrecer productos en embalajes sostenibles mejora la percepción que muchos clientes tienen sobre la empresa. Una imagen de compromiso con el medio ambiente, a nivel social, es hoy más valorada que nunca.
El packaging sostenible en la conservación del medio ambiente
Teniendo en cuenta la ingente cantidad de envases y embalajes que se utilizan diariamente en todo el planeta, optar por el packaging ecológico es, para muchos, una aportación esencial en esa tarea de proteger el planeta. Según datos de Greenpeace, en 2020 se producirán un 900% más de plásticos que hace 20 años, es decir unos 500 millones de toneladas. Y de ellas, en el mejor de los casos, no se recicla más del 25%.
Grandes compañías de sectores muy diferentes hace tiempo que se posicionaron al respecto y sustituyeron bolsas y embalajes de plástico por otros de materiales reciclados o biodegradables en unos casos, o reutilizables, en otros. Es una cuestión de concienciación ambiental y responsabilidad corporativa a la que cada vez más pequeñas y medianas empresas se unen.
Hoy en día es posible encontrar una alternativa ecológica para cada necesidad. Las bolsas de papel o tela sustituyen cada vez más a las de plástico. En cajas se sigue usando madera y cartón. Y en envases alimentarios o de higiene también hay alternativas sostenibles, en algunos casos, fabricadas con cartón, en otros con caña de azúcar o polímeros derivados del maíz.
Son envases tan resistentes y fiables como los de plástico. Y mucho más respetuosos con el medio ambiente. Por un lado, son biodegradables, por lo que contaminan menos. Por otro, y dado que en muchos casos son reutilizables, no solo se evita esquilmar los recursos naturales, también se reducen las emisiones de CO2.
De hecho, en encuentros como la Cumbre del Clima, los especialistas ponen énfasis en que no se trata solo de evitar la contaminación producida por el plástico que acaba en los océanos. Sino que hay que tener en cuenta que en su fabricación se utilizan petróleo y gas, con las consiguientes emisiones nocivas. Un doble motivo para decantarse por alternativas más ecológicas.
Packaging ecológico y estrategia comercial
En el ámbito comercial, son muchas las compañías son conscientes que el packaging reutilizable (bolsas, cajas o cualquier otro producto) tiene una ventaja añadida para la empresa: es un medio publicitario que perdura. Una bolsa que circula en manos de un cliente durante semana o incluso meses es un buen reclamo publicitario.
Y, para obtener los mayores beneficios, cada vez más se apela al consumidor. Es decir, se utiliza esa iniciativa para obtener ventajas competitivas. Una de las tendencias de consumo que más está creciendo es la de optar por productos naturales, un aspecto que también se valora en el embalaje. El hecho de que este sea ecológicamente sostenible puede inclinar la balanza frente a competidores menos comprometidos con la preservación del medio ambiente.
El embalaje, por tanto, es un grano más en ese mar de arena necesario para garantizar la sostenibilidad del planeta. Y, en ese sentido, las empresas que muestran su compromiso cuentan con una mayor valoración de clientes y consumidores.
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